Media docena de propietarios de fincas situadas en el Parque Natural de ses Salines, entre Sant Jordi y San Francesc, denunciaron el lunes ante la Guardia Civil los vertidos de aguas fecales que el pasado viernes, tras una fuerte tormenta, anegaron sus terrenos y produjeron diversos daños, así como la «grave contaminación» de todos los pozos y acuíferos de la zona, ahora inutilizados.

Los denunciantes consideran que se ha cometido una «infracción penal» al haberse producido «un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente», dado que sus fincas se encuentran ubicadas en el Parque Natural de ses Salines o en su entorno de protección.

Además, interpusieron ante el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) una denuncia penal por «un posible delito de prevaricación ambiental», debido a que, «repetidamente», ya habían puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Sant Josep que se producían esos vertidos cada vez que llovía con intensidad, «sin que se haya actuado por parte de dicha Administración para corregir» esa situación.

Tanto Deogracias Lara, propietario de varios de los terrenos y de la discoteca DC 10, como Mariano Ribas Riera, mayoral de una de las parcelas cultivables, aseguran que el alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet, había sido informado «desde hace varios años» de que cada vez que caía una tromba, sus terrenos eran invadidos por una marea de detritus, compresas, tampones y toallitas húmedas, según se recalca en la denuncia.

Las aguas fecales proceden, según los denunciantes, de Sant Jordi, donde «se mezclan con las aguas pluviales». Al llegar al Prat d´en Fita y a sa Torre Blanca, en dirección a la depuradora, salen disparadas al exterior por las bocas de las alcantarillas, «que se encuentran abiertas, sin tapa, desde hace años». Sale allí a tanta presión que, según Lara, los chorros verticales llegan a alcanzar una altura de metro y medio.

Demasiado para la depuradora

Demasiado para la depuradora

Ángel Luis Guerrero, responsable del departamento de Agua del Ayuntamiento de Sant Josep, aseguró ayer «no tener constancia» de esas advertencias sobre inundaciones realizadas por el propietario y el mayoral de sa Torre Blanca, si bien reconoció que «es verdad que, desde hace tiempo y siempre que se repiten las mismas circunstancias», es decir, cuando diluvia, la depuradora no es capaz de gestionar el agua que le entra de las fecales de Sant Jordi y Platja d´en Bossa».

Según Guerrero, «en la entrada de la estación depuradora (EDAR) de Platja d´en Bossa hay una bomba que hace que el agua residual pase por un filtro de arena; pero esa bomba no es capaz de absorber todo lo que le entra cuando hay lluvias torrenciales». Y llega demasiado volumen a esa instalación, afirma, porque «hay pluviales que están conectadas a la red de fecales, lo cual hace aumentar el caudal hasta el punto de que la planta no es capaz de gestionarlo todo».Edificios residenciales

Edificios residenciales

El concejal cree que buena parte de la culpa la tienen los pisos residenciales que no canalizan correctamente el agua de lluvia que recogen en sus techos: «Tocará hacer un plan de inspecciones de la red de alcantarillado y de pluviales de Platja d´en Bossa y Cala de Bou para determinar qué viviendas tienen conectadas sus pluviales a la red de fecales», señaló como solución.

«Creemos -añadió el edil- que algunos inmuebles tienen conectados los tubos de pluviales de sus tejados a la red de fecales, y que eso es lo que crea ese aumento del caudal», que no puede asumir la depuradora de la carretera de ses Salines: «Que estén conectados a la red de pluviales hace saltar todo el sistema», afirma.

Tapas volando

Tapas volando

No obstante, el edil también reconoce «que no en todo Sant Jordi hay separación de aguas de lluvia y de fecales, un problema de infraestructuras derivado de cómo se urbanizó toda esa zona en el pasado». Por eso, «también tocará construir las redes de pluviales donde no las hay y obligar a las viviendas a conectarse a esa red».

Guerrero recuerda que «la última vez» que los campos situados a ambos lados de la carretera de ses Salines quedaron anegados por residuales fue hace dos años: «El Ayuntamiento de Sant Josep levantó entonces las tapas de todos los pozos. Se rehicieron, ya que algunas estaban en muy mal estado, y se sellaron todas las alcantarillas». El pasado viernes las tapas salieron de nuevo volando: el agua que no podía entrar en la depuradora «retrocedió y las levantó con un golpe de ariete», según la descripción del concejal Ángel Luis Guerrero.