El juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Palma ha denegado las medidas cautelarísima y cautelar, solicitadas por el promotor del chiringuito desmontable en es Cap Negre, en la zona de Cala Gració, para que se inicie la actividad, previas a la interposición de un recurso contra la negativa del Ayuntamiento de Sant Antoni a otorgar la licencia de actividad hasta que se presente el final de obra.

Los promotores defienden en el juzgado que no necesitan obtener el final de obra de la instalación para poner en marcha su establecimiento de ocio. Justificaron la medida cautelar en las pérdidas económicas que supone que el chiringuito siga cerrado en plena temporada turística.

El juzgado entiende, en cambio, que el hecho de que no se adopte la medida cautelar solicitada no afecta al objeto del recurso (en contra de la negativa del Consistorio a permitir la actividad sin la presentación del final de obra) que la promotora ha anunciado.

En el último pleno, el equipo de gobierno dijo que ve posibilidades de evitar que el controvertido quiosco pueda abrir sus puertas, sin la necesidad de pagar indemnizaciones por ello. «Hay trámites que se deberían haber hecho y que no se han hecho. El quiosco no nos gusta y haremos lo legalmente posible para evitarlo», aseguró entonces el alcalde, José Tur. Hay que tener en cuenta que la junta de gobierno dio el visto bueno a este negocio de temporada en una zona de la costa aún virgen, aunque el alcalde justificó en el pleno que se hizo porque, previamente, un técnico municipal emitió un informe favorable. Lo mismo hizo la conselleria balear de Territorio. Posteriormente, la Demarcación de Costas concedió el permiso al promotor para la explotación del chiringuito, de 11 mesas y 38 sillas, durante cuatro temporadas. En octubre se tiene que desmontar. El Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN-GOB) sí presentó alegaciones en contra la instalación del quiosco en primera línea de costa, pero no fueron consideradas por Costas, que ingresará 2.831 euros anuales por esta concesión.