­El Ayuntamiento de Sant Josep destinará 2,6 millones de euros a mejorar cuatro de las principales canalizaciones de su red de agua, que en algunas zonas del municipio pierden hasta ocho de cada 10 litros que circulan por ellas. El propósito del Consistorio es reducir al mínimo las fugas de cara a la próxima conexión de la red municipal con la que transporta agua procedente de las desaladoras de la isla, cuyos trabajos podrían comenzar en octubre. A juicio del alcalde, «es casi un delito perder una sola gota» en la actual situación de sequía, pero lo será más cuando, gracias a la interconexión, encima provenga de las desaladoras, dado que el precio de cada metro cúbico es mucho más elevado.

Las obras -de carácter urgente- más inminentes se ejecutarán en Sant Jordi y Sant Josep, donde el rendimiento es del 24% y del 36%, respectivamente, es decir, que solo se aprovechan 2,4 y 3,6 litros, respectivamente, de cada 10 que circulan por sus tuberías. El resto se pierde por el camino. Para el edil de Obras Públicas y Agua, Ángel Luis Guerrero, esas cifras son «inaceptables». También se intervendrá en Cala de Bou y en Port des Torrent.

Obras desde noviembre

El alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet, espera poder licitar estas mejoras, que costarán en torno a 1,1 millones de euros, cuanto antes para que los trabajos empiecen en noviembre. El Ayuntamiento, que tratará este asunto en el próximo pleno, obtendrá el dinero del remanente de este año. Es decir, no se «desnudarán otras partidas» para vestir esta, según Marí. Paquita Ribas, segunda teniente de alcalde, explicó que pese a los límites que impone el Estado al gasto de las corporaciones, existe la posibilidad de invertir ese remanente en la renovación de las canalizaciones porque el Gobierno lo permite en los casos de proyectos sostenibles. Y el de las canalizaciones de Sant Josep «además de ser sostenible permite ahorrar» dinero y agua, subrayó Ribas.

La mejora de la red de Sant Jordi (se instalará el tubo principal en la calle Vicent Serra y se anulará la actual canalización, que pasa bajo numerosas viviendas privadas, lo que dificulta su arreglo) costará unos 236.000 euros y se prolongará entre tres y cuatro meses.

El proyecto que afecta a todo el núcleo urbano de Sant Josep asciende a 238.000 euros (durará otros tres o cuatro meses) y consistirá en cambiar prácticamente toda la red y en instalar un sistema de telecontrol (36.000 euros de coste) de las cañerías, lo que permitirá detectar fugas para actuar con rapidez.

Cala de Bou en dos fases

La intervención en la zona de la avenida de Sant Agustí no se debe tanto a las fugas como a la necesidad de separar la tubería principal de transporte y renovar la que distribuye agua a Cala Bassa, Cala Tarida, Platges de Comte y Cala Vedella. Tiene un presupuesto de 717.000 euros en una primera fase y su ejecución se alargará unos cuatro meses. Según Guerrero, es posible que el año que viene se licite una segunda fase «bastante más amplia». Gracias a esa obra «se dispondrá de más caudal», lo que permitirá estabilizar el sistema. Así no habrá «tantos altos y bajos» en el suministro, pues a veces solo sale un hilillo de agua por el grifo.

El cuarto proyecto que ayer presentaron el alcalde, el edil de Agua y la segunda teniente de alcalde consiste en la instalación de la canalización de distribución y de transporte desde el depósito de es Puig Cardona (en sa Casilla, a la altura del kilómetro 5) hasta Sant Josep, donde actualmente hay un rendimiento del 34% (se pierden 6,6 litros de cada 10 que corren por sus tuberías). Es más complejo, por lo que su tramitación necesitará más tiempo (precisará, por ejemplo, del visto bueno del departamento de Carreteras) que la de los dos anteriores proyectos. Y además costará más, 1,5 millones de euros. En este caso, el montante irá incorporado a los presupuestos municipales de 2016. Su ejecución rondará el medio año. El equipo de Gobierno prevé asimismo invertir el remanente de 2016 en más obras relacionadas con el suministro de agua, asunto primordial del alcalde para este mandato.

«Batalla» por la conexión

El alcalde confía en que, tal como le han asegurado desde la conselleria balear de Medio Ambiente, las obras que concluyan la interconexión de las desaladoras comiencen en octubre y que Sant Josep sea el primer municipio donde se intervenga, pese a que los trabajos abarcan diversos emplazamientos de toda la isla. El deseo de Agustinet es solventar el problema del «rendimiento deficiente» de la red antes de que esa interconexión sea efectiva. Y tiene prisa, pues cree que «Sant Josep podría estar conectado de forma rápida». Otra cosa, dijo, es que la burocracia eternice luego la cesión de esa obra: «Ese será otro problema», admitió, «una batalla dialéctica y administrativa» en la que el objetivo será que al menos «se recepcione provisionalmente» la interconexión.

En Sant Josep, la obra de esa conexión se realizará junto al depósito de ses Coves Fosques (tras el Club de Campo). Allí se recibirá el agua desalada procedente de un depósito de Sant Rafel a través de la canalización que atraviesa el Rafal Trobat.

«Se actuará donde menos rendimiento hay, pero también donde mayor impacto tendrá la mejora», comentó Ángel Luis Guerrero. En el caso de Cala de Bou, donde hay un rendimiento relativamente alto (del 75%), lo que se busca que es aumente el caudal para que haya más presión en las cañerías.