A poco más de dos meses para las elecciones del 24 de mayo no queda margen para que culmine la tramitación de la modificación puntual de las Normas Subsidiarias de Sant Joan y, por tanto, que el Consistorio pueda conceder licencias para la construcción de las 31 viviendas unifamiliares previstas en Benirràs. «Lo dudo», admite el alcalde, Antoni Marí Carraca, quien resta importancia a que se acabe el mandato sin cerrar definitivamente esta cuestión. «Lo que hagamos, hay que hacerlo bien. No vamos a hacer como en Vila que no tramitaron un informe de Medio Ambiente y así les ha ido», dice, en referencia a la sentencia que ha anulado el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado en 2009.

En este momento, el equipo redactor de la modificación urbanística de Sant Joan está trabajando en dar respuesta a las alegaciones presentadas tras la aprobación inicial de dicho plan (fue a mediados de julio del año pasado) y en «subsanar» las deficiencias apuntadas por la conselleria insular de Ordenación del Territorio. El alcalde indica que todavía no hay previsión alguna para elevar al pleno su aprobación provisional. «La previsión es que lo que se haga, esté bien hecho. No tengo otra», resalta.

Una vez superada esta fase, el Consistorio remitirá la modificación de las Normas Subsidiarias al Consell, donde la Comisión Insular de Patrimonio y Ordenación del Territorio (Ciotupha) tiene que darle el visto bueno definitivo. Después, el Consistorio ya podrá dar licencias para edificar en Benirràs.

El conseller de Ordenación del Territorio, Mariano Juan, también ve «difícil» que se pueda aprobar definitivamente la nueva ordenación urbanística de Benirràs antes de los comicios. «También lo dudo, pero no me atrevo a descartar ni a pronosticar nada», indica.

Al alcalde no le preocupa que, en el caso de que tras las elecciones de mayo se produjera un cambio de gobierno en el Consell y la Comunitat Autònoma, se intente dar marcha atrás a la propuesta de urbanización proyectada ahora mismo. «En primer lugar, pienso que no habrá cambio de gobierno y si se produjera no hay que alarmarse porque hay una cosa bien hecha», apunta Marí, quien apunta que aunque la modificación urbanística estuviera aprobada definitivamente, un eventual gobierno de izquierdas, si quisiera proteger de nuevo este espacio «pasando de los propietarios afectado, lo haría». «Muestras de ello tenemos en esta Comunitat Autònoma. Lo que tenga que ser, será. El mundo no se acaba en unas elecciones», apunta.

Después de las elecciones autonómicas y locales de 2007, el Govern balear, entonces en manos de la alianza entre PSOE, los partidos de la izquierda y UM, aprobó de urgencia una ley para proteger Benirràs, entre otras zonas naturales de la isla, como Punta Pedrera Roca Llisa o Cala d´Hort, pero el actual gobierno autónomo del PP ha habilitado de nuevo la posibilidad de urbanizar estos espacios a través de la nueva ley del suelo.

Antoni Marí reconoce obviamente que le gustaría que la modificación puntual de la normativa urbanística estuviera ya lista, pero asegura que no se va a «tirar de los pelos» por ello. Destaca por encima de todo que ha mantenido «una línea» y que gobierne quien gobierne tras las elecciones de mayo, no variará su postura: «Se ha cometido una injusticia con los propietarios. Se ha hecho bandera de esta zona, pero no se ha sabido dar una solución. Yo sí se la he dado y no gusta a todo al mundo, ni a los administrados ni a los ecologistas, pero es una línea».