­Seis senegaleses serán probablemente expulsados del país después de ser condenados por vender entre agosto y septiembre de 2005 gafas de sol, relojes y CD falsos en Sant Antoni y en diversas playas del municipio de Sant Josep. La magistrada Clara Ramírez condena a estos seis hombres por delitos contra la propiedad industrial e intelectual, con la circunstancia atenuante de las dilaciones indebidas del proceso. «Han transcurrido siete años desde que se inició la tramitación del procedimiento, con retrasos injustificados», explica la titular del Juzgado de lo Penal 1 en la sentencia, que ha sido recurrida por los abogados defensores de los vendedores ambulantes.

La condena para M. N. y A. N es de ocho meses de cárcel y una multa de 2.520 euros cada uno. En el caso de G. N., C. M, M. D. y M. M., es de cuatro meses de cárcel y 600 euros, puesto que se introduce la atenuante de la confesión. «Las penas de prisión se sustituirán por la expulsión del territorio nacional durante cinco años respecto de los acusados que carezcan de residencia legal en España», concluye la jueza. La situación administrativa de los inmigrantes no consta en la causa, pero este diario ha podido saber que no tienen la documentación en regla.

Además, deberán indemnizar a las empresas propietarias de las marcas que falsificaban en una cantidad que todavía no se ha calculado. Vendían productos de imitación de Gucci, Chanel, Adidas, Ray-Ban, Dolce&Gabanna, Prada, Versace, Hugo Boss, Calvin Klein, Louis Vuitton, Lacoste, Nike, Tommy Hilfiger, Cartier y Rolex, entre otras.

En el juicio, celebrado el pasado 17 de septiembre, no comparecieron otros dos hombres nacidos en Senegal que también acabaron detenidos en la operación. Fueron puestos en situación de rebeldía, es decir, en búsqueda y captura. Los que sí declararon aseguraron que desconocían que vender gafas y CD falsos era delito. «Nunca me habían puesto una multa. No sabía que podía ir a la cárcel por esto», comentó M. N. Este encausado y otros tres reconocieron los hechos y asumieron los cargos que se les imputaban.

El 6 de septiembre de 2005 agentes de Vigilancia Aduanera y de la Policía Local, en una operación conjunta, registraron dos de los pisos en los que vivían los ahora condenados, uno en Sant Josep y otro en Cala de Bou. Encontraron 2.368 gafas de sol, 970 relojes y 680 CD.

«El domicilio estaba morado por bastantes personas de raza negra. Cometimos un error en la puerta, por lo que creemos que les dimos tiempo para deshacerse de la droga. Mis compañeros vieron cómo tiraban pastillas de hachís por los inodoros», dijo en la vista oral un miembro del servicio de Vigilancia Aduanera.

Sin embargo, no intervinieron ninguna sustancia y los ahora condenados no fueron juzgados por delitos de tráfico de estupefacientes.

La confesión

CUATRO ADMITEN LOS HECHOS

«No sabía que podía ir a la cárcel»

Cuatro de los seis procesados reconocieron en el juicio que vendían productos falsificados, por lo que la jueza introduce la atenuante de la confesión. «Nunca me habían puesto una multa. No sabía que podía ir a la cárcel por esto», dijo uno de ellos.