—Ha sido usted nombrada candidata a la alcaldía de Sant Josep por el PP en unas circunstancias especialmente turbulentas, con un sector el partido muy disgustado por la forma en que se han hecho las cosas. ¿Qué le parece la situación interna del PP de Sant Josep?

—Bueno, esto son cosas más de partido que de candidaturas. Si lo dice por las últimas declaraciones del concejal Vicent Torres, el sistema del PP es el mismo ahora que hace cuatro años y más atrás. Si el sistema fue bueno para uno, ¿por qué no ha de ser bueno para otro? Creo que es gente que está descontenta por alguna otra cosa y ahora hay que buscar alguna excusa. Dicen esto, pero no hemos cambiado el sistema ni mucho menos.

—¿No teme que todas las disputas internas puedan desmotivar o desmovilizar a parte del partido a la hora de hacer campaña en Sant Josep?

—Hombre, claro, esto siempre puede pasar. Hemos de intentar hacer ver a la gente de nuestro entorno que esto son cosas puntuales y no tienen por qué afectar a todo el movimiento. No creo que afecte mucho, pero siempre puede haber gente descontenta, está claro.

—A la hora de confeccionar su lista, ¿piensa usted contar con personas del sector de Encarna Castro o Vicent Torres?

—Desde el momento en que me propusieron ser candidata –y ya Encarna se había postulado para ello–, siempre había dicho que se tenía que hacer una lista de integración. Aún no tenemos la lista, pero ni mucho menos dejaremos al margen a personas sólo porque en un momento determinado hayan hecho unas declaraciones.

—¿Cuáles son sus prioridades en caso de ser elegida?

—Estamos preparando los equipos de gente y los coordinadores para elaborar el programa electoral. Cuando se pongan en marcha estos equipos, haremos reuniones con los distintos sectores, por todos los rincones del municipio, e incidiremos en aquello que nos vaya diciendo la gente.

—Pero como vecina de Sant Josep y conocedora del municipio, se supone que incluso sin programa electoral habrá cosas que ya tenga claras...

—Por ejemplo, está claro que hay cosas elementales en temas de sanidad, educación y asuntos sociales en las que el Ayuntamiento no tiene competencias, pero sí podemos impulsar desde allí todos estos temas relativos a necesidades básicas de las personas. Y en otros temas que sí podemos influir son los que afectan a la economía. Toda la maquinaria gira en torno a esto y la economía manda mucho. No podemos olvidar el turismo o el pequeño comercio, que mueven la economía del municipio. Hemos de ayudarlo cuando hagan programas de desestacionalización o mejoras de zonas turísticas.

—Usted dijo hace poco que la gente de Sant Josep reclama un cambio. ¿Pero el cambio no se produjo ya hace tres años, después de casi 30 años de PP? ¿Sería un re-cambio?

—Sí [risas], sería un cambio del cambio, llamémoslo así. Pero sí es cierto que en el poco tiempo que han gobernado los progresistas nos llegan muchas voces de gente que está disconforme con su forma de actuar. A nosotros lo que más nos llega es la ineficacia a la hora de hacer las cosas. Una cuestión tan simple como que a la gente se la escuche es lo que quiere la sociedad. A veces llegan quejas de seguridad ciudadana: hay un robo y no pasa nada, hay un accidente y no viene nadie... Hemos de intentar hacer un Ayuntamiento que la gente sienta más suyo.

—Cuando gobernaba el PP, el alcalde y los concejales solían entrar a trabajar a las 12 del mediodía; ahora lo hacen a las ocho y media. Si logra la alcaldía ¿recuperará el anterior horario?

—También tienen dedicación exclusiva y cobran lo que cobran. Antes cobraban dietas por asistencia, o sea que todo va relacionado. En el grupo municipal ha de haber gente que pueda dedicar tiempo y por tanto cobren dedicación exclusiva, y luego ha de haber otros que trabajen más por la ilusión que por el dinero que han de cobrar.

—¿Qué papel cree que jugó José Serra Escandell en el Ayuntamiento de Sant Josep en todos los años que estuvo?

—¡Uf! No sé... [risas] ¿Qué papel jugó?... No sé, porque yo tampoco he trabajado directamente con él nunca. Supongo que hizo las cosas lo mejor que supo y pudo. Fue alcalde muchos años e hizo cosas buenas y otras más malas, pero no creo que a toro pasado se tenga que ir a reprochar nada a nadie. Ha hecho lo que ha podido.

—¿Comparte todo lo que hizo en su época?

—No sé, si me dijeran algo en concreto...

—La política urbanística, que siempre fue especialmente polémica.

—Hombre, tenemos unas Normas Subsidiarias muy antiguas y, probablemente, se tendrían que haber modificado antes, y ahora no pasarían cosas que pasan. Pero también hay que decir que hubo un momento en que se iban haciendo tantas normas entre el Govern y el Consell que hasta que se hizo el Plan Territorial era más difícil para un Ayuntamiento cambiar sus normas. Las leyes iban cambiando todo el tiempo.