«Mi hijo ni bebe ni toma drogas», afirma la madre de Lewis Richard Bailey. ¿Qué sucedió entonces? «No me encontraba bien, salí a vomitar al balcón y me caí», explica ahora el joven británico, con permiso de su madre y sin entrar en más detalles. Lo dice postrado aún en una cama de la Policlínica del Rosario y como si vomitar por el balcón fuera algo normal. «Lewis llegó parapléjico a la clínica y ya puede andar», subraya el doctor José A. Bencosme, jefe de sección del servicio de Neurocirugía de la Policlínica, que intervino quirúrgicamente al herido durante ocho horas.

El diálogo con el joven tuvo lugar ayer a las once de la mañana. Poco después Lewis, su madre y la pareja de ésta tenían previsto regresar al Reino Unido en un avión medicalizado pagado por un seguro privado de la familia, para continuar la recuperación en Birmingham, la ciudad natal del joven.

El 30 de julio Lewis, que tiene 19 años, llegó a la isla con un amigo y compañero de su edad. «Queríamos pasar unos días de relax antes de reincorporarnos al trabajo, Ibiza es muy conocida en Gran Bretaña», cuenta este joven, que lleva un año y medio como soldado profesional en el ejército de tierra de su país. «Nos atraían sobre todo las playas y los bares musicales de la isla», añade.

El lunes 2 de agosto, de madrugada, Lewis se precipitó al vacío desde la habitación del edificio Laura-s´Atalaia en la que estaba alojado con su compañero del ejército. En el momento del suceso el joven estaba solo. La caída fue brutal, ya que cayó desde un tercer piso.

Intentó comerse una planta

Sin embargo, antes de la caída varios testigos le habían visto caminando desnudo por la calle e intentando comerse una planta, aparentemente bajo los efectos del alcohol o de alguna sustancia estupefaciente. «Preferimos no hablar de drogas», fue la escueta respuesta de su madre ante las preguntas de si su hijo estaba ebrio o había consumido narcóticos. A él no le dejó responder. «En el ejército les hacen controles», argumentó la madre para zanjar definitivamente la cuestión ante la insistencia de las preguntas.

«En esta isla hace mucho calor, los pisos son muy altos, los chicos pasan de una terraza a otra. En Inglaterra no hay balcones y además la mayoría de los turistas que vienen a Ibiza son ingleses», es la curiosa respuesta del padrastro de Lewis a la cuestión de por qué casi todos los jóvenes precipitados en Ibiza y en Mallorca este verano son británicos.

«Pensaba que venía a Ibiza a ver morir a mi hijo», comenta la madre, que ha viajado hasta la isla acompañada por su compañero sentimental. «Luego pensé que se quedaría paralítico y ahora mira cómo está», añade emocionada. «La atención que hemos recibido en la clínica ha sido magnífica», comenta. «Los hospitales son parecidos en Inglaterra y aquí, hay buena organización, limpieza y atención, lo único que no le ha gustado a mi hijo ha sido la comida», bromea. «La isla es muy bonita, he estado otras veces en Santa Eulària y en es Canar y volveré, me gusta España», añade.

Mientras tanto, varios jóvenes amigos de Lewis, uno de ellos enfundado con la camiseta de la selección inglesa de fútbol, esperan para visitar al paciente.

Lewis Richard Bailey ingresó en la Policlínica del Rosario en estado muy grave el 2 de agosto sobre las cinco de la madrugada. «Por suerte vino directamente a la clínica», comentaba ayer el doctor Bencosme, que le operó de una fractura por aplastamiento en la primera vértebra lumbar y de una lesión medular.

Diez tornillos en la columna

«Le hicimos una resonancia magnética, le sacamos la vértebra que estaba incrustada en la médula y le fijamos diez tornillos en la columna, por eso duró ocho horas la intervención», explica el médico. «Las dos primeras horas son vitales para la recuperación de este tipo de pacientes», añade Bencosme.

«Lewis ha recuperado casi el cien por cien de la fuerza en ambas piernas y va a volver a caminar, se va a recuperar», asegura el neurocirujano, que recuerda que la Policlínica es el único centro médico de las Pitiusas que cuenta con resonancia magnética. «El traslado, el diagnóstico y el tratamiento en menos de dos horas han hecho que este chico vuelva a caminar», concluye el facultativo.

Bencosme recuerda que en la Clínica del Rosario utilizan tratamientos de neurocirugía (para lesiones en el cerebro y en la médula) avalados por los protocolos de la Sociedad Norteamericana de Neurocirugía (AANS), que indica que los cuidados vitales de este tipo «se deben ofrecer en la ciudad en la que ocurre el accidente». Además, el doctor hace hincapié en que las unidades de traslado en vuelo deben estar preparadas para operar en el avión.

Precipitados «cada año», según Costa

La consellera de Interior del Govern balear, la ibicenca Pilar Costa, alertó ayer contra el alarmismo originado por las caídas de turistas desde balcones de hoteles y apartamentos, porque estos hechos se producen «cada año» y son «excepciones» entre los diez millones de visitantes que pasan por Balears «en pocos meses». Costa explicó que en lo que va de año nueve personas han muerto por caídas desde edificios en las islas, pero precisó que en esta cifra se contabilizan todo tipo de incidentes, e incluso podría incluir algún suicidio.

Las caídas desde alojamientos turísticos se deben principalmente a accidentes ocurridos cuando jóvenes ebrios o que han consumido drogas tratan de pasar de un balcón a otro, según comentó la consellera de Interior. También se dan casos de turistas accidentados al tratar de lanzarse a la piscina de su establecimiento desde el balcón o que se arrojan al vacío al sufrir alucinaciones por el consumo de algunos estupefacientes.