¿Sueña Alberto Núñez Feijoo cada noche con Pedro Sánchez? ¿O tiene pesadIllas? ¿Y si se equivoca de plebiscito? Igual su problema no es con Sánchez, sino con Illa, Salvador Illa.
Tiembla la socialdemocracia en toda Europa, excepto en España, es decir: Catalunya. El PSC va a todas las elecciones como el Real Madrid a la Champions. Ganó las catalanas en 2021, municipales y generales en 2023, otra vez catalanas en 2024 y en europeas se ha disparado 9 puntos, poniendo dos dígitos de distancia con todos sus competidores. Todo eso sin parar a coger aire y sin excusas: la amnistía se sabía antes de ir a votar, los casos Koldo y Begoña se sabían antes de ir a votar. Hasta que Carles Puigdemont no volverá (como president, al menos) se sabía antes de ir a votar. En la constitución del Parlament, los que tienen que parar el toro del voto de los ausentes deciden si vale la pena arriesgarse a necesitar ración doble de amnistía para montar una «mesa antirrepresiva» que en sus mentes sonará a gloria. Pero en el Tribunal Constitucional no y en las urnas tampoco. El votante independentista está harto y también puede quedarse en casa, si tanto entre todos le marean.
Junts se desploma en las europeas, ERC también, pero aguanta mejor el tipo gracias a sus alianzas (algunas mesas de diálogo funcionan), y en resumen se consolida el cambio de ciclo y de mayorías. El mundo de ayer se esfuma. Adiós, Ciudadanos. Hola, Alvise. Un Vox técnicamente imposible en Catalunya, o eso decían, aguanta todos los cordones sanitarios y todos los intentos del PP de bloquearle la pubertad. Dolors Montserrat i Montserrat triplica resultados en su tierra, una proeza, por mucho que vinieran de muy abajo. Pero es que su hándicap no era tanto ese, como que en la séptima de Génova siguen más obsesionados con Sánchez y con Puigdemont que con quien de verdad les rompe el saque: Illa. Puede que sea de él de quien depende todo. Y cuando digo todo, digo todo. Sin imaginación, no hay poder.
