Opinión | Para empezar

Toca surfear la vieja ola ‘cool’ del proteccionismo

La sociedad capitalista siempre se ha movido por modas, por olas siempre impuestas por el mercado que había que surfear para ser enrollado antes y cool ahora (o como puñetas se diga). Algunas hicieron mucho daño (cómo olvidar esas hombreras y esos calentadores), como ahora el reguetón. En fin, que me estoy haciendo mayor. Pero creo que todavía estoy a tiempo de ver cosas increíbles. Y no hablo de vivir en Marte o de hacer algún trámite en una administración sin hacer cola y en tres minutos, qué va. Esos son sueños que algún día puede que se cumplan. Hablo de ver hecha realidad la utópica y húmeda fantasía de ver a políticos pegados a la realidad. Hablo de la derecha balear que, al fin, plantea medidas contra la masificación, aunque a mi entender, y pese a que está todo relacionado, todas estas políticas deberían pivotar alrededor de la protección del medio ambiente. Pero algo es algo. En política todo es posible (no incluyo a los ultras de los dos bandos, que sólo escupen y vomitan estupideces para crear confusión; no señores, la Tierra no es plana), y los populares de las islas se han dado cuenta de que algo falla, de que en nuestro motor económico hay una falla. Que no se puede seguir creciendo en número de turistas y que, si se hace en calidad, hay que hacerlo también poniendo puertas al campo y al mar. En Palma se plantean limitar incluso la entrada de turistas, de coches de alquiler (una verdadera plaga que viene del exterior) e incluso gravar con una tasa a los turistas, como en Venecia, pero doble: al llegar al puerto y por entrar en la capital balear. Soy un rato rarito y no, no tengo carné de conducir. No suelo sufrir a diario ese caos de tráfico que, debido a mis sensibilidades (odio a quien hace ruido de manera gratuita), me provocaría catorce ataques de nervios cada hora. Pero percibo qué pasa a mi alrededor, cómo sufrimos en estas islas durante cinco o seis meses. Y esto es una bomba. Hay que eliminar la carga de dinamita y prolongar la mecha. Pero no sé si habrá valentía política suficiente para llegar hasta el final. Sorprende, en cualquier caso, que sea la derecha la que tome las riendas. Bienvenidos sean.

Suscríbete para seguir leyendo