Opinión | Para empezar

Iba a escribir sobre Prou!

Iba a escribir sobre el éxito de la concentración de Prou!, pese a los cientos, o miles, de personas que, o bien porque no se animan a bajar a Vila con esas carreteras colapsadas, o porque han perdido, si alguna vez la tuvieron, la confianza en las manifestaciones o simplemente porque no podíamos, no estábamos allí aun cuando compartimos plenamente su malestar y sus demandas. Iba a recordar al batallón de escépticos que la contestación social sí sirve, que sin, por ejemplo, el rechazo expresado por amplios sectores de Sant Antoni, posiblemente el Govern hubiera aceptado la petición de Baleària y hoy la maltratada bahía de Portmany sería puerto de entrada para el ‘Cecilia Payne’. Que si las movilizaciones sociales fueran de verdad inútiles, el mundo no habría gastado tantos medios en reprimirlas ni tanta propaganda para convencernos de eso mismo. Que tenemos el poder, y el deber, de proteger esta isla sobreexplotada y exhausta.

Iba a escribir de esto, pero vino el siguiente crimen atroz de Israel contra civiles indefensos y las terribles imágenes de (más) criaturas abrasadas y un bebé decapitado. «Israel ha bombardeado tiendas de campaña donde dormían niños. ¿No sabía que los quemaría vivos?», preguntaba Silvia Intxaurrondo. Claro que sí, ayer lo volvió a hacer. Como sabe que condena a los heridos porque ha arrasado los hospitales, impedido la entrada de analgésicos para aliviar el inhumano dolor de las quemaduras y destruido hasta las infraestructuras del agua potable con la que lavarlas. «Si permaneces insensible a este genocidio, tómate el pulso para comprobar que no estás muerto», escribía Manuel Vicent. En tal caso yo diría que vivo en una sociedad mayoritariamente zombie, y siento una decepción profunda hacia muchas personas, así como vergüenza de trabajar en unos medios que siguen hablando de «guerra» cuando a lo que asistimos es a la masacre de un pueblo ocupado, sin ejército ni posibilidad de huir. Acabo con una viñeta de Mauro Entrialgo: «¿A ti te parece que asesinar niños está bien? Yo es que en política no me meto». Sobre una infancia asesinada no hay «equidistancia», es silencio cómplice.

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