Opinión | Tribuna

Finales de mayo en Formentera

Sanitarios del 061 en un contenedor acondicionado para uso habitacional aparcado en la puerta del hospital. ¡Y van 17 meses largos!

Finales de mayo en Formentera. ¡Hmmmm! ¿Se les ocurre un lugar más seductor e idílico para pasar un fin de semana? ¿No verdad? Pues aquí estoy, cegado por el sol y la maravilla… es una pena estar de guardia y que tenga que pasarlo en uniforme, con botas de seguridad y descansando en una lata.

Sí, han leído bien, ¡una lata!, un contenedor acondicionado para uso habitacional aparcado en la puerta del hospital. ¡Y van 17 meses largos! Tantos ya, que a los sanitarios del SAMU 061 se nos está poniendo cara de sardina.

Se nos ha puesto malo el champán de tanto sacarlo y meterlo de la nevera cada vez que corre el rumor de que vienen “los de Palma” a hacerse la foto para inaugurar la base. Después de las europeas… fijo. Lo peor es que al lado tenemos la flamante base nueva, aún por estrenar, que no sé cuánto tiempo lleva terminada. Más de un mes seguro. Y estamos a la espera para inaugurarla desde octubre del 23, que en esa utópica fecha estaba programado el final de la obra. Ya lo dijo el filósofo: “No hay final más cierto que la muerte ni obra que acabe a tiempo”.

Y es que el personal del SAMU 061 de las Pitiusas, siempre cercano al hombre, la mujer y el niño de la calle, también está sufriendo su particular viacrucis inmobiliario. Es lo que tiene vivir de prestado. Nuestros lugares de descanso han sido cedidos por el Área de Salud de Ibiza y Formentera, desde el inicio de los tiempos (25 años hacemos el lunes ¡casi nada!). Y ellos tampoco van sobrados. Quizá por eso ocupamos una antigua biblioteca en el Centro de Salud de Santa Eulària, el cuarto de la ropa sucia en el CS de Sant Antoni y la sala de reuniones y las latas en el hospital de Formentera. Quizá por eso, desde las alturas, nos miran en calle Corona como mira el casero al inquilino que aún paga un alquiler de renta antigua. Problemas de ricos, dirán ustedes. Y no les faltará razón, si nos comparan con los trabajadores y familias que malviven en los campamentos de la miseria que se han multiplicado por Ibiza como el exantema en una enfermedad vírica.

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