Opinión | Desde la Mola

La ley del silencio

No hemos hablado de córdobas, ni de puertos, ni de ‘estany’...

Parece como si el tiempo se hubiera unido a la paz y tranquilidad de una isla que ha vivido convulsionada (que volverá convulsionarse en breve) durante este tiempo de desencuentros, de tensiones emocionales, de adrenalinas dialécticas y tantas otras cosas que nos hacían vivir en un constante sobresalto. Saben a qué me refiero, no vamos a cansarnos con la repetición de la jugada (aquí no hay VAR). Ha llegado la media maratón, la isla se ha llenado de corredores (casi todos con pinta de deportistas de gimnasio, pádel y otras prácticas), algunos con una fuerza de voluntad digna de mención. Pero todos con el ánimo de participar en un evento que ya se ha convertido en un clásico (15 veces merecen este calificativo) por muchos fallos que se observen. El primero eso de las seis de la tarde (la salida) que reduce la visita de todos ellos y acompañantes (dicen que por cada uno vienen dos y los niños). Me comentaba, en el fútbol del domingo, un reputado empresario de hostelería que deberíamos adecuar los horarios de la carrera a las necesidades del conjunto de la isla… primero la salud de los corredores (premisa incuestionable). En las olimpiadas la maratón se corre por la mañana (a primera hora, para que el sol y el calor hagan el menor efecto posible). Aquí a media tarde con una temperatura alta (se acuerdan hace dos años). Lo otro permitiría una cierta combinación de deporte (extremo, 21 kilómetros son de órdago) y ocio en la isla. Donde hay sol, playa, pero también una oferta cultural (amplia entre far y far) y gastronómica con (a estas alturas del partido) producto de km 0. La idea es aprovechar al máximo las oportunidades de un fin de semana con “mucha” gente. Normal en un sector económico donde un año son seis meses y la maratón. Para otros, consultados el lunes, ya está bien como está. Lo cierto es que después de la carrera las “fiestas” en lugares estratégicos la “petaron” como se dice hoy en lenguaje corriente y poco académico. Ahora nos toca mirar hacia el Formentera 20 (antes 2.0) con menos gente, más proyección mediática, pero con algunos craks de este mundillo de casi ciencia ficción paseando de forma tranquila por la isla… es el sector “líderes” de opinión que también contribuyen a afianzar una parte importante del atractivo turístico de la isla. Se han dado cuenta de que no hemos hablado de córdobas, ni de puertos, ni de estany, ni de basuras, ni… es la ley del silencio tranquilizador.