Tribuna

Quo vadis, PSOE?

«Sánchez, con sus enormes ansias de poder, está destrozando toda la estructura territorial que antes tenía el PSOE»

Me pregunto qué estará pasando últimamente por la cabeza de los cargos y militantes socialistas ante lo que está sucediendo día a día en España, y no lo digo por el reciente cataclismo del PSOE en las elecciones gallegas, que también, o por el caso de las maletas de Delcy, los regalos de Sánchez a Marruecos, la entrega del Sahara, el desmantelamiento de la unidad antinarco de la Guardia Civil o Con-Sur, la colonización de las instituciones, la vergüenza del caso Tito Berni, el actual tema de las mascarillas, que de momento afecta a Koldo y Ábalos, pero que veremos a quién acabará salpicando, etc.., sino por la deriva que está tomando un partido centenario que va menguando día a día y que de seguir veremos desaparecer.

Sánchez, con sus enormes ansias de poder, está destrozando toda la estructura territorial que antes tenía el PSOE, ya solo son tres las comunidades autónomas gobernadas por los socialistas (perdón, sanchistas) y la explicación es que tienen un secretario general que está sometiendo a todo el partido a sus propios intereses y supeditándolo a minorías radicales con el único fin de seguir gobernando, hasta el punto de manifestar recientemente que quiere “un liderazgo fuerte” que trascienda incluso de las siglas del partido.

Lo que hoy defiende no es lo que defendía antes, su cambio de opinión es puramente estratégico, no busca la concordia ni la paz social en Cataluña, solo busca permanecer en la Moncloa y para que eso ocurra, necesita los votos de Puigdemont, en un mercadeo vergonzoso, cambiando votos por impunidad y por dinero condonando deudas de la Generalitat con el Estado, por un importe de 15.000 millones de euros más 1.300 millones de intereses.

Sonroja comprobar que la amnistía no estaba incluida en el programa socialista en las elecciones generales, es más, los días antes del 23 de junio, Sánchez prometió que jamás la concedería, otra mentira más, y me pregunto ¿alguien puede creer a un presidente que ha hecho de la mentira su sistema de respiración justificándose en que son distintos «cambios de opinión»?

Sepan ustedes que la amnistía alcanzará a los que se lanzaron violentamente contra el Estado, acosaron a funcionarios, agredieron a policías, sabotearon infraestructuras, se adueñaron de las calles y malversaron dinero público, y además anuncian que lo volverán a hacer, recuerden que el Parlament de Cataluña acaba de admitir a trámite una Iniciativa Legislativa Popular para declarar otra vez unilateralmente la independencia de Cataluña.

Resulta indecente que los políticos queden exentos de responder de sus delitos mediante una amnistía, que supone una impunidad selectiva, es decir, que las normas que rigen para usted y para mí no son las mismas que las que rigen a los socios de Sánchez, es imposible aceptar que con la aprobación de la amnistía resultaría que no hubo ilegalidad ni delito alguno en el procés catalán, siete votos todo lo borran, negando al Poder Judicial su potestad de juzgar y siendo el Poder Legislativo el que asume esas funciones, contraviniendo el estado de Derecho y la división de poderes, que debe regir en todas las democracias.

Ahora resulta que robar para destinar lo robado a conseguir la independencia de Cataluña no es delito, pero robar para cualquier otro fin, sí lo es, pues así conviene a un autócrata que se rige no por un proyecto político propio, sino por lo que le mandan desde Waterloo.

Sinceramente, no puedo entender a los cargos y votantes socialistas que, en una especie de suicidio colectivo y por un equivocado sentido de la lealtad, callen, obedezcan, bajen la cabeza, olviden los principios y signos de identidad de un partido con más de 144 años de existencia, para contentar a un personaje autócrata que está llevándolo a la irrelevancia y a la disgregación territorial e ideológica del mismo.

Y acabo como empecé:

«Quo Vadis, PSOE?».

María Luisa Cava de Llano | Abogada

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