También echan a los del Náutico Ibiza

A la larga lista de desahuciados de esta isla se suman ahora los socios del Club Náutico Ibiza. Forman parte de ese grupo de damnificados quienes no encuentran un alquiler asequible, quienes ven cómo su cesta de la compra pesa menos que nunca o quienes dejan de ir a algunas playas o restaurantes (incluso cafés) porque les resulta prohibitivo. La gentrificación (lo digo desde hace un par de años) no afecta sólo a un par de barrios en Ibiza, sino a toda la isla, enterita. Y ahora los del Náutico están comprobando lo que significa que les den una patada en el culo, que les expulsen de ese lugar que creían suyo. «Nos están echando» fue la frase más repetida hace justo una semana por los responsables del club durante un acto reivindicativo que, estoy seguro, poco sueño quitó a quienes dirigen la Autoridad Portuaria de Balears, que hace décadas que van a lo suyo, a la pasta, y poco entienden de razones sociales. En la APB seduce más que la empresa que compite por hacerse con esa «mina de oro y diamantes» (como el comodoro dijo que su contrincante ve el Club) multiplique por cuatro el precio de los amarres y de los platos de su restaurante, lo que provocará que sólo un selecto grupo pueda disfrutar de esas instalaciones, lo normal en Ibiza últimamente. A los demás, que nos zurzan.

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