Ábalos le complica la vida a Armengol

Mateu Ferrer

Mateu Ferrer

José Luis Ábalos ha metido en un brete a Francina Armengol. La presidenta del Congreso tendrá que cortar de cuajo con el hoy diputado que tiene enfrente en la bancada socialista. De lo contrario, el caso mascarillas le puede acarrear un serio quebradero de cabeza.

Es comprensible que en plena pandemia la necesidad de disponer de mascarillas para sanitarios y ciudadanos urgiera a cualquier gestor público a adquirirlas donde sea y como fuera; negarlo es demagógico. Sin embargo, la excepcionalidad de aquella situación sanitaria no puede, aunque sea a posteriori, eximir de un mínimo control sobre el gasto público.

El imputado Koldo García, entonces asesor del ministro Ábalos, se valió de su cargo para colocar mascarillas fraudulentas a los desesperados gobiernos del PSOE. El Ejecutivo de Armengol se agarró presto a la oferta ministerial, pero poco después ya recibió alertas más que suficientes sobre la calidad del género entregado. Ítem más, la Oficina Anticorrupción le advirtió por escrito de las sospechas que pesaban sobre esa adquisición en concreto, por valor de 3,7 millones de euros, al estar el propietario de la empresa y amigo de García investigado por la Audiencia Nacional por un presunto caso de soborno de funcionarios en Angola. (Por cierto, tiene guasa que el mismo PP que acaba de clausurar la Oficina la reivindique ahora para sus intereses).

Que había irregularidades se asentó cuando el 19 de julio de 2022 la Guardia Civil fue a buscar en el Ib-Salut el expediente de contratación. ¿Por qué no actuó entonces el Govern de izquierdas, reclamando ipso facto la diferencia de precio, nada menos que 2,6 millones? ¿Por qué se dejaron miles de mascarillas dentro de cajas en un almacén, donde siguen a día de hoy sin usarse? ¿Por qué se esperó a marzo de 2023, en la antesala electoral, para advertir a la empresa de que se adoptarían medidas? ¿Por qué la reclamación formal se firma el mismo día que Armengol cede la presidencia a Marga Prohens?

El PSOE debe aclarar estas y otras cuestiones, porque si bien el caso de corrupción incumbe directamente al asesor de Ábalos, el exministro ha contagiado políticamente el problema a Armengol.

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