Tribuna

Sr. Marcos Serra: no al regreso de ferris al puerto de Sant Antoni

Andrea Pérez Ribas

La bahía de Portmany es un tesoro natural que ha contribuido a que nuestro pueblo sea uno de los principales destinos turísticos del Mediterráneo. Es más, podemos afirmar que Sant Antoni no existiría sin la bahía. Es por ello que no podemos perder de vista la salud de este enclave único ni su futuro, ya que su pervivencia está directamente relacionada con nuestro bienestar a todos los niveles. Es necesario mantener la ruta pactada dentro del Plan Estratégico con los actores económicos, sociales y políticos para cuidar la bahía y poner en marcha las acciones que sean necesarias para protegerla. Sr. alcalde, Marcos Serra, volver a permitir la llegada de grandes ferris a nuestra bahía, tal y como ha manifestado que es su intención, con todo el respeto, no es precisamente el camino.

Es cierto que son muchas las acciones a llevar a cabo para sanear, proteger y cuidar nuestra bahía. Sin embargo, antes de decidir qué hacer, para los y las socialistas sería prioritario la realización de un estudio-diagnosis del estado de la bahía de Portmany, que nos diga cuáles son los pasos a dar y que estos nazcan del consenso de todos los agentes implicados (económicos, sociales y políticos). Obviamente, esto no se aplica para todos los grupos políticos, ya que en los presupuestos de la Comunidad Autónoma para el 2024, la nueva presidenta del Partido Popular, Marga Prohens, se olvidó de incluir la partida dedicada a dicha diagnosis, pactada en la Mesa del Agua -por valor de 72.000 euros-, que de no ser por la enmienda presentada por el grupo PSIB-PSOE, se hubiera quedado en el olvido.

Dicho esto, y centrándonos en aquellos problemas que afectan directamente a la calidad de las aguas de la bahía de Portmany, estas tienen varios enemigos, y todos deberían abordarse. Entre otros, los vertidos, los fondeos masivos y el tema que nos ocupa hoy, la vuelta de los ferris de gran eslora al puerto de Sant Antoni, cuyos perjuicios merecen la atención de la ciudadanía: para poder atracar, los ferris, debido a su tamaño, se ven obligados a realizar la maniobra de rotación sobre una de las pocas praderas de posidonia que, aunque muy dañada, todavía nos quedan, removiendo el fondo, cubriéndose de lodo y asfixiándose la planta de forma literal, causando un grave daño medioambiental. Este mismo lodo que mata la posidonia entra dentro de la bahía y afecta a las embarcaciones amarradas en el puerto, causando graves averías en sus filtros de refrigeración, afectando no solo a aquellas personas con embarcaciones de recreo, sino también a las embarcaciones dedicadas hacer ‘water taxi’ y excursiones. Da igual si el motor es de turbina o de hélice, el lodo entrará igual. La llegada del ferri generaba a su vez una gran ola o “pequeño tsunami” que afectaba a toda la costa de la bahía de Portmany, causando en el pasado heridos graves, si no me creen, les invito a tirar de hemeroteca, la información está ahí. Aunque los ferris lleguen en horario que esta ola no afecte a la gente que está viendo la puesta de sol o disfrutando de un día de playa, ¿cuándo llegarán? ¿Por la noche? ¿A primera hora de la mañana? ¿Acaso ese ruido no molestará el descanso de los vecinos? Un descanso que ya sin ferris de mayo a octubre es de por sí bastante precario. La llegada a primera hora de los ferris o a la hora que sea, a su vez causa un atasco que no hace sino agravar todavía más una situación de accesibilidad al pueblo ya de por sí insostenible.

Hemos visto algunos de sus efectos, ¿verdaderamente vale la pena que vuelvan grandes ferris? ¿Tantos son sus beneficios para contrarrestar sus perjuicios? La realidad es que los números no acompañan a los beneficios, los datos están ahí y son objetivos. Los últimos años se redujo la temporalidad de la llegada de ferris a unos pocos meses de verano; entre 2012 y 2016 el porcentaje de llegada de pasajeros cayó alrededor de un 75%. De hecho, la limitación de eslora tampoco afectó a la planta hotelera de Sant Antoni o Cala de Bou, siendo las temporadas de 2017, 2018 y 2019 de las mejores a nivel de ocupación de los últimos años. Una vez más les invito a explorar a los y las lectoras la página web de Ports IB, ahí pueden encontrar los datos, son públicos para toda la ciudadanía.

La sociedad fue clara en su momento: No quería ferris y así se plasmó en los talleres ciudadanos realizados para la elaboración del Plan Estratégico -ese Plan elaborado por todos y todas, que tan poco gusta al PP de Sant Antoni, que lo ha dejado tirado dentro de un cajón-. Pero este sentir de rechazo sigue vigente, encuestas como la realizada a los hoteleros de Sant Antoni y la bahía en el otoño de 2020 demuestran que se sigue en contra de la llegada de buques de gran eslora.

Desde el PSOE consideramos que es un error entender nuestra bahía como un activo únicamente económico. Como ya dijimos en una ocasión anterior, la bahía de Portmany “no puede verse reducida a ser una fuente de riqueza: las fuentes se secan si no se cuidan”. Por lo tanto, no entiendo cómo Marcos Serra no ve el potencial natural, social y económico que tiene frente a sus narices. Solo tiene que mirar a través de la ventana de su despacho, Sr. Serra.

Andrea Pérez Ribas | Concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany