Cuando Vox superó a Podemos

Parecía que después de «Xelo» Huertas ya lo habíamos visto todo en la Sala de las Cariátides. Otrora salón de baile del antiguo Círculo Mallorquín. Pero no: en eso sino Vox. Más concretamente, Idoia Ribas. Abogada de profesión, a horas política. Que no al revés. Madrileña de nacimiento pero criada en Calvià, ha superado a la histriónica política de Calatayud. Será porque ser de la capital imprime carácter, pero el sindios montado por la neofalangista y sus compañeros de bancada —como muy acertadamente escribió Matías Vallés, hasta la próxima traición entre ellos— es de vergüenza ajena.

Vergüenza, y estupor: ahora se empezarán a descubrir los trapos sucios. Como por ejemplo, las grabaciones que presuntamente ha realizado Jorge Campos Asensi —hasta noviembre del pasado año, líder indiscutible de la formación ultraderechista— a su líder nacional, Santiago Abascal. Con razón Fulgencio Coll Bucher (líder neofascista en Cort) no trata con Campos si no es con testigos delante. De confirmarse tales prácticas, algo debería opinar el Ministerio Fiscal.

Como de lógica sería que la Fiscalía actúe de oficio ante las revelaciones de presunto desvío de fondos en favor del pelirrojo abogado palmesano. Acusaciones hechas por Patricia de las Heras, presidenta de Vox en Baleares y remitidas al equipo de Abascal —más concretamente, al eurodiputado Ignasi Garriga, Secretario de Organización nacional— en un completo informe de seis folios. Por mucho menos el Ministerio Público ha iniciado previas. Un buen «test» de objetividad procesal, pues.

Van encajando las piezas: ahora se entienden las dimisiones de Malena Contestí (entonces diputada nacional) y de Núria Díez (extesorera de Vox Balears) de sus cargos. Ambas denunciaron el presunto desbarajuste contable que Montserrat Amat (esposa de Campos, y durante un tiempo vicepresidenta de Actúa Baleares, a la que se adhirió Vox durante su desembarco en el archipiélago) y su marido provocaban en las cuentas de la formación.

Debe darse cuenta el lector de por dónde van los tiros en un detalle: lo primero que han hecho los cinco díscolos ha sido apropiarse con los ingresos del grupo parlamentario. Cuando formalmente ya han sido expulsados del partido. ¿Podría un abogado encontrar resquicios para acusar de levantamiento de bienes ajenos a los rebeldes? Quizás.

En todo caso, el futuro es apasionante. De entrada, en dos meses se podrían convocar nuevas elecciones autonómicas. Veríamos lo que podría pasar con la candidatura de Vox: el estado contable de Actúa Balears —máxime con lo que pueden saber de él Abascal y Garriga— no juega a favor de otra separación de la derecha balear. No obstante, lo que más llamaría la atención —obviamente, hablamos de una hipótesis— sería la candidatura socialista. Ahí estaría la gran incógnita.

Mientras tanto, la única certeza es que los de Vox están dando razones para añorar a Podemos. Gran sarcasmo.

Suscríbete para seguir leyendo