El caso Alves marca el camino a otros

La Audiencia de Barcelona se prepara para el que ya ha sido bautizado como ‘el Juicio del Año’, el que dentro de unos días y a lo largo de tres jornadas sentará en el banquillo al futbolista Dani Alves por un presunto delito de agresión sexual con penetración. El exjugador del FC Barcelona, en prisión preventiva desde hace un año y acusado por una joven que en el momento de los hechos tenía 23 años, se enfrenta a una condena máxima de 12 años de cárcel.

Como muy bien han explicado los periodistas de El Periódico de Catalunya Jesús G.Albalat y Guillem Sánchez en los tres primeros capítulos del podcast ‘En Fuera de Juego’, el caso ha marcado el camino en la lucha contra la impunidad de los grandes mitos del deporte. La rápida reacción de la víctima, de los responsables de seguridad de la discoteca Sutton, de los Mossos y del Hospital Clínic de Barcelona tras la presunta violación han permitido cerrar una instrucción tan concienzuda que ha forzado a Alves a ofrecer hasta cinco versiones distintas de los hechos. El futbolista es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, pero su recurso de última hora a la ingesta de alcohol como atenuante es insultante y vomitivo.

De lo que no hay ninguna duda, es que el juicio visualizará cómo ha variado la respuesta de la sociedad española ante la violencia sexual contra las mujeres, más aún tras la entrada en vigor de la ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual (‘solo sí es sí). Denunciar, reaccionar, acompañar y reparar el daño son verbos que deberían ser universales en estos casos, con independencia de quién sea el presunto agresor.

En el año del ‘Se Acabó’ cabe esperar que el efecto espejo del caso Alves contribuya a poner delante de la justicia a otros presuntos agresores sexuales, como el expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales (por su beso no consentido a Jenni Hermoso), o el cineasta Carlos Vermut (acusado de violencia sexual por tres mujeres en el marco de una investigación del diario El País). Tolerancia cero.

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