En corto
Educación para la educación
¿Es posible hacer de España un país de gente educada? Hoy por hoy parece una quimera, pero no hay que tirar la toalla ante ese objetivo, decisivo para mejorar la convivencia en todos los órdenes entre nosotros. A veces, como ocurre con las terapias más duras o el tratamiento frente a la fobias, el secreto está en empezar por dosis muy suaves, que no desaten reacciones de rechazo en el organismo. Por ejemplo, si tuviera cierto éxito una campaña en los medios públicos y el aparato educativo para enseñar a niños y jóvenes a dar las gracias, pedir las cosas por favor y disculparse ante la menor molestia que se pueda causar a alguien, habría empezado el principio de un gran cambio. Quizás sería incluso posible que algunos padres maleducados de toda la vida colaboraran, para hacer mejores a sus hijos. La educación no cuesta dinero, está al alcance de todo el mundo y es incluso rentable.
Suscríbete para seguir leyendo
- La perpetua sangría al ibicenco
- Ricos y caprichosos vs pobres y piojosos
- Vivir bajo un árbol en la isla del lujo
- Terraplanistas de la lengua
- Sánchez, el pirómano-bombero
- Cambiar las leyes para seguir navegando
- La Casa Real agita el avispero de la lengua
- Una oportunidad perdida para abordar el problema de la vivienda en Ibiza