Responsabilidad de todos

Día de Santa Catalina, 25N, día de la eliminación de la violencia contra las mujeres. Santa Catalina, mártir, también sufrió la violencia por sus convicciones religiosas. Son tantas las personas que sufren la violencia... Erradicarla es responsabilidad de todos, como decía Jimena López, policía nacional de la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer, en una de las innumerables conferencias que han tenido lugar estos días para concienciar a toda la población de esta lacra que está sufriendo nuestra sociedad.

Pienso que en el primer sitio donde se debería erradicar la violencia es en las redes sociales. Permitimos tanta violencia en vídeos que corren de un sitio a otro rápidamente por las redes sociales, sin ningún tipo de ilegalidad. Contenido de violencia a los que tantos niños, adolescentes y jóvenes, pero también mayores tienen acceso, sin ningún filtro, por eso de la libre expresión. Pero luego no queremos que los que consumen este tipo de mensajes quieran ponerlo en práctica. Erradicar la violencia es responsabilidad de todos, pero de manera muy especial de los que tienen la responsabilidad de velar por los más frágiles de la sociedad, que no solo son las víctimas, sino todos aquellos que también son fruto de una sociedad muy permisiva en sus formas, pero muy dañina en su realidad. No permitir contenidos de violencia en las redes ayudaría mucho a que dejáramos de normalizar esta violencia en la calle. Educar en el respeto, en la tolerancia es muy difícil, más cuando en las redes sociales se muestra otro tipo de realidades que frecuentemente superan la realidad.

Aunar esfuerzos para erradicar la violencia pasa también por una educación no solo en las aulas sino también en las familias. No se debería permitir un lenguaje y unas actuaciones que violentan continuamente la fragilidad de la infancia y de la juventud. Nos recordaba Jimena López que otro factor a tener en cuenta en la violencia de género es la falta de vivienda, ya que provoca que muchas mujeres tengan que soportar malos tratos porque no tienen donde ir. Una vez más el problema de la vivienda, que tanto azota nuestras islas, nos remite a una realidad que inestabiliza el día a día de tantas personas. Ahora nos queda, una vez más, ponernos manos a la obra y, juntos, trabajar para ir construyendo una sociedad más digna para todos.

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