Misión civilizatoria

u Durante la pasada campaña electoral entrevisté a los cabezas de lista del PP en la isla, José Vicente Marí Bosó y Miquel Jerez. Faltaba una semana para la votación pero ambos, como si pudieran prever el futuro, me insistieron en la necesidad de alcanzar acuerdos con el PSOE. Mientras en la península el PP -y toda su híperventilada órbita mediática- todavía vivía instalado en la desquiciada matraca del presidente ilegítimo, txapote y amigo de bilduetarras, sus líderes ibicencos estaban en otra cosa. Lejos del griterío parece que se respira mejor, ¿no creen? Aquí, el Consell de Ibiza -gobernado por los conservadores- ha mantenido los homenajes a los represaliados por el franquismo. El otro día, en el pleno del Ayuntamiento de Sant Josep, me admiró la habilidad con la que el nuevo alcalde se manejaba para lograr sus propósitos, en las antípodas de las rendiciones a los ultras que estamos viendo en la península. Una derecha tranquila, en definitiva. No sé si será el carácter local pero aquí, tras una larga sobremesa, nunca hay enemigos y debatiendo desde la respetuosa discrepancia siempre es posible llegar a un acuerdo. Cuando les toque ir a Madrid al inicio de la legislatura, los políticos ibicencos tendrán la misión de llevar algo de cordura y civilizar la barbarie que habita en el interior de la M-30, aunque soy bastante escéptico.

Suscríbete para seguir leyendo