Editorial

Prohens no quiere ser Bauzá

El cambio político en el Govern balear abre una etapa con más interrogantes que certezas en la educación. Los compromisos del PP en este terreno, condicionados por las exigencias de Vox a cambio de apoyar la investidura de Marga Prohens, están claros: libre elección de lengua, aplicación ‘light’ de la Lomloe y gratuidad del primer tramo de la educación Infantil, de 0 a 3 años. Pero lo que aún desconocemos son los detalles sobre cómo se aplicarán estas medidas de tanto calado: las dos primeras suponen un cambio estructural enorme en los colegios e institutos, mientras que la última requiere un acuerdo con el sector privado y con los consells para establecer el marco de colaboración y de financiación por parte del Govern balear.

Para que de verdad el ciclo de 0 a 3 años sea gratuito para las familias, y no se limite a las escoletes públicas y poco más, el Govern deberá ofrecer unas condiciones aceptables a los centros privados con el fin que se integren en este nuevo sistema. En Ibiza y Formentera, al contrario de lo que ocurre en Mallorca y Menorca, existe una carencia secular de escoletes públicas y una demanda que supera con creces la oferta, por lo que solo si el Govern consigue un acuerdo con el sector privado esta medida podrá beneficiar a la gran mayoría de familias pitiusas. La presidenta del Govern anunció que la gratuidad sería efectiva ya en septiembre, con el inicio de curso, por lo que el tiempo para cerrar un pacto con el sector apremia. En el caso de que el Govern logre financiar esta etapa a todas las familias de Balears, tal y como anunció Prohens, será un considerable avance social, un tanto que se apuntará Prohens con respecto a su antecesora, la socialista Armengol. Pero materializar esta promesa será complicado, tanto por la organización del sistema junto al sector privado como por la cuantiosa financiación necesaria. Prohens asegura que han hecho las cuentas y salen; en un mes, como muy tarde, deberíamos conocer el alcance de la medida, cómo se va concretar y su coste.

Si la semana anterior la flamante presidenta puso a la sanidad en el centro, esta semana ha sido la educación la que ha pasado al primer plano, con una reunión con representantes del sector educativo (entre ellos, sindicatos y federaciones de familias) en la que la presidenta pidió «perdón por los errores del pasado». Es un acierto que Prohens se disculpara, tantos años después, por aquella gestión irresponsable durante la presidencia de José Ramón Bauzá, que provocó un terremoto con su proyecto lingüístico del TIL, una guerra abierta con los docentes y una huelga indefinida inédita en la enseñanza; todo ello acabó llevando al PP a la oposición durante ocho años. Con esta declaración de principios, Prohens pretende cerrar heridas, distanciarse del modelo de Bauzá y tender la mano a un sector clave en la sociedad. Un sector que defiende un modelo para la normalización lingüística que nació hace décadas bajo el impulso del PP y con un admirable consenso, que está muy asentado en las aulas y que ha funcionado razonablemente bien. Por eso se encendieron todas las alarmas ante el anuncio de la libre elección de lengua. Posiblemente, ni siquiera la propia presidenta sepa aún cómo la aplicará, pues ya ha descartado que se introduzca el próximo curso, por la premura de tiempo, y la ha aplazado al siguiente. Si algo sabe el PP tras la torpeza incendiaria de Bauzá es que no se pueden imponer cambios tan estructurales como la libre elección de lengua (que trastoca por completo la organización de los centros, tanto del profesorado como de los espacios) de forma autoritaria y sin contar con los docentes. Prohens sabe que ha de evitar a toda costa crear un conflicto donde no lo hay, en un ámbito tan sensible como la educación (recordemos que hablamos de menores y de derechos fundamentales) y menos por la presión de la ultraderecha y de ciertos sectores del propio PP. No hay que olvidar que el sistema educativo en Balears debe garantizar el derecho de todos los menores a estudiar y dominar las dos lenguas oficiales de la Comunitat Autònoma, el catalán y el castellano.

Tampoco se sabe con detalle cómo se va a aligerar la aplicación de la Lomloe, más allá de que se eliminan los informes de criterios (un despropósito que ha asfixiado a los educadores este año, con una burocracia y un papeleo excesivo) y se recuperan las notas numéricas para evaluar a los alumnos; solo al final de curso se hará un informe cualitativo. Este anuncio ha sido un guiño a los profesores, muchos de los cuales han respirado aliviados, aunque también en este caso faltan más detalles sobre cuáles son los planes del nuevo Govern con respecto a la nueva ley educativa.

En cualquier caso, la presidenta del Govern debe tener claro que el objetivo ha de ser trabajar con el sector para mejorar las múltiples carencias y problemas que tiene la enseñanza en las islas, especialmente en Ibiza y Formentera, y nunca contra el sector, pues un enfrentamiento como el que provocó Bauzá es una catástrofe para todos, comenzando por los alumnos. La educación es un ámbito en el que cada paso, cada cambio, debe estudiarse en profundidad para valorar sus consecuencias, y en el que la planificación es clave: las ocurrencias, la prepotencia y la improvisación deben estar lejos de la enseñanza. Esperemos que Prohens y el PP hayan aprendido bien la lección del daño que causó Bauzá a la educación, a la convivencia y a su propio partido, y que en ningún caso vuelvan a repetir los mismos errores.

DIARIO DE IBIZA