¿Cómo están los sueldos? Lo primero de todo

Es un clásico postelectoral. La primera medida, la más urgente, la que todos los políticos toman en el primer pleno tras las elecciones no es la de mejorar la vida de los ciudadanos que les han votado. Lo primero que hacen, no falla, es subirse el sueldo. Si aplicaran esa agilidad a su labor, viviríamos como dios. En el Consell, por ejemplo, aunque se reduce la ‘masa salarial’ de cargos públicos (traducido: de momento hay menos enchufados), las nóminas de nuestros próceres aumentan entre un 13 y un 16%. Los que mejor parados salen sin embargo, no son los que iban en listas electorales, sino los cargos de confianza en gabinetes y prensa. En la máxima institución insular la subida de sus sueldos es del 26%, el 36% y el 43%. Muy (para)normal todo. También en Sant Antoni han corrido a mejorarse el salario, pero matizan que siguen cobrando menos que los de Sant Josep y Santa Eulària (lagrimita). Y luego nos preguntamos por qué los responsables políticos y el personal nombrado a dedo se aferra al cargo como a un bote salvavidas. Quién quiere volver luego al mundo real, con sueldos congelados desde tiempo inmemorial, recortes constantes y muchas horas de trabajo estresante. Ya lo dijo hace tiempo un político al que pillaron con el micro abierto: «Nos vamos a forrar».

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