Ibiza y Formentera desde el cielo

Alejarse para ver bien; para ver lo que no somos capaces de observar de cerca. Para tener perspectiva y visión global, liberados de las anteojeras que igual que cierran nuestro campo visual limitan nuestra capacidad de reflexión. Desde la ventanilla de un avión Ibiza y Formentera emergen del mar con sus siluetas perfectamente delimitadas. Allá abajo vemos las dos islas, pequeñas en la inmensidad del mar y de la península cercana, más pequeñas aún cuando el avión sobrevuela el continente. Desde arriba descubrimos el alcance de la urbanización dispersa, que se extiende por las islas de forma inexorable, junto a los puntos azules de las piscinas y las líneas que trazan carreteras y caminos. Una urbanización que avanza a costa de montes, campo y litoral virgen. Desde un avión las Pitiusas aparecen como las islas que son y que no vemos cuando estamos en ellas: tan frágiles, tan vulnerables, tan hermosas. Da vértigo pensar en cómo la especulación, la avaricia, la irresponsabilidad y la avidez por el enriquecimiento rápido, sin importar las consecuencias, han llevado a nuestras islas a una situación crítica. Ahora, a las puertas de las elecciones, es el momento de que los políticos que aspiran a gobernar suban a un avión, contemplen nuestras preciosas islas desde el cielo y reflexionen sobre qué futuro quieren para nosotros y para las próximas generaciones. @cmartinvega

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