Opinión

Pero tenemos salud

Es lo que tiene el gen español, jugar cada 22 de diciembre con algarabía a la Lotería de Navidad para terminar presumiendo de salud a los que con más pena que gloria podamos disfrutar del día, después de haber adquirido todos los décimos que vecinos, amigos y compañeros han comprado, seguros de que si al menos el Gordo te ha esquivado a un conocido cercano no le ha tocado, que si la envidia es pecado capital hay sitios donde además de capital es nacional.

Fíjense que no aprendemos de las noticias que alertan de las estadísticas, pues existe mayor probabilidad de recibir de Hacienda requerimiento que el número comprado sea el que ha tocado, y aunque aun el premiado sea el comprado no te librarás de que buena parte de lo que te ha tocado por ella sea reclamado. Buena parte de ese sentimiento lo tienen los anuncios navideños, donde desde el jardinero, el empresario, cuñado o pastor comparte un décimo desde la amistad y el amor, con el más necesitado o despistado, cosa que a mí nunca me ha pasado pero que hasta el día 21 me llena de emoción verlo por televisión.

Qué felicidad que el Gordo me tocara por Navidad, al menos un año podría poner la lavadora con tranquilidad y olvidar la subida de la electricidad, saltarme las listas de espera de nuestra sanidad porque la privada puedo comprar, olvidarme de la inflación que hará deficitaria la subida de mi pensión, o despreocuparme de la subida salarial que al pasarme de tramo a hacienda me hará pagar más.

Pero no crean que es mi preocupación poder pagar casa, comida, luz o calefacción, me preocupa mucho más del Constitucional la renovación, que ni sé cuántos ni cuándo, ni cómo ni dónde, como dice la canción, serán o ausentarán, tendrán o no razón, pero de tanta angustia me llena el corazón, y llena la televisión, que ya ni me acuerdo de mi verdadera preocupación, el trabajo precario, la sanidad o la educación, los salarios, el alquiler, la hipoteca o la recesión.

Que pasen unas felices fiestas de Navidad con amigos y familias, y si no les ha tocado el Gordo no se preocupen, es pura ilusión, pero durante un corto periodo de tiempo nos hace tener esperanza e ilusión, por una vida mejor, pero que no se compra con una participación, se gana día a día, preocupándonos y solucionando los problemas de la gente real y no para solucionar los que nos generan los demás.

Feliz Navidad.

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