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Olga Merino

Mondrian del revés, la sopa de tomate y el clima

Piet Mondrian, el pintor de las líneas rectas y los colores puros. Han descubierto que uno de sus cuadros, ‘Ciudad de Nueva York 1’, una cuadrícula de rayas rojas, azules y amarillas sobre fondo blanco, llevaba 75 años colgado del revés sin que nadie se hubiera percatado. Nadie, ni media ceja levantada. La composición no está terminada ni lleva firma, ni siquiera un garabato en el envés de la tela. Reparó en la pifia Susanne Meyer–Büser, historiadora del arte y curadora del museo Kunstsammlung, en Düsseldorf, al observar una fotografía que se había tomado en el estudio del artista neerlandés en 1944, días antes de su muerte, donde el lienzo reposa bocabajo sobre un caballete. «El engrosamiento del enrejado —dice la experta— debe estar en la parte superior, como un cielo oscuro», como el ‘skyline’ tupido de la ciudad de los rascacielos. A su llegada, huyendo de la guerra, le impresionaron Manhattan y la cultura norteamericana.

Del derecho o invertido, cuesta pillarlo. Hay que saber mucho acerca de la simplificación extrema de la abstracción para percibir sutileza alguna. Pero lo bueno del caso es que el cuadro de Mondrian no puede voltearse, porque las líneas son trozos de cinta adhesiva tan deteriorada por el tiempo que podrían desintegrarse. Así sucede en la vida misma; las relaciones humanas más íntimas son a veces un inmenso malentendido, y algunos equívocos llevan tantos años enquistados que no vale la pena enderezarlos ni tocarlos. Aún se lía más la madeja.

Por cierto, el Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid, custodia otra pieza de Mondrian muy similar, ‘Nueva York 3’. ¿Estará bien colgada?

La cumbre del clima. A todo esto, el conjunto de los museos españoles y europeos han reactivado sus protocolos de seguridad por los repetidos ataques de ecologistas contra obras de arte (ojo: no estamos dando ideas sobre Mondrian). Ya saben: ‘La Gioconda’ se llevó un tartazo; ‘Los almiares’, de Monet, recibió un baño de puré de patatas; y dos miembros del grupo Just Stop Oil lanzaron sopa de tomate contra ‘Los girasoles’ en la National Gallery de Londres. Tal vez a Andy Warhol le habría gustado la ‘performance’ por lo de la sopa de lata, pero, aunque el cuadro de Van Gogh no ha sufrido daño alguno, me temo que se están equivocando de enemigo. ¿Les haríamos caso con otro tipo de reivindicación menos agresiva?

Comienza en Sharm el-Sheikh la Cumbre del Clima (COP27) con retos espeluznantes sobre el cambio climático: un tercio de Pakistán se ha inundado, Europa ha vivido el verano más caluroso en 500 años y Cuba sobrelleva como puede el gran apagón. El mensajero tal vez merezca una colleja, pero lleva más razón que un santo.

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