Diario de Ibiza

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José Miguel L. Romero

Para empezar

José Miguel L. Romero

Almendros de Halloween

Llevamos seis meses calentitos, medio año de interminable verano tórrido en el que, además, se cuentan con los dedos los días en los que no ha habido calima. Las previsiones meteorológicas avisan de que, al menos, nos queda otra semana así, de manera que llegaremos a noviembre con el termómetro rozando los 25 grados de máxima y con noches cuyas mínimas rondarán los 18 grados. Es decir, mejor beber una caipiriña para celebrar Todos los Santos que unos panellets. Quizás ya no se acuerden, pero por esta época antes ya íbamos bien abrigados, mientras que ahora aún vestimos con manga corta y bermudas. Y por la noche, ni edredón ni manta: sábana y, a lo sumo, colcha. Y aun así, qué sofocos. No es extraño que las plantas hayan enloquecido. ‘Es que parece que vivimos en el trópico’, se disculpan en el Consistorio de Sant Antoni cuando los vecinos se quejan de que los hierbajos, algunos de un metro de altura, se comen las aceras. Es el clima, claro, no que el servicio de limpieza sea tan ineficaz como el transporte público. Hasta a los almendros (y a los espárragos) les ha dado un siroco y han empezado a brotar y a florecer como si no hubiera un mañana, como si en vez de octubre ya fuera febrero y, en lugar de Halloween, tocara celebrar Carnaval.

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