En un curso sobre la Justicia en una escuela de verano se cruzan dos debates. El primero lo protagonizan dos exministros, uno del PSOE y otro del PP, echándose las culpas del bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial. El segundo, la persona que preside el Tribunal Superior de la Comunidad, que tras patear todas las sedes judiciales conoce la precariedad de muchas y habla de cosas como que la saturación derivada del acceso indiscriminado a la Justicia no puede afrontarse sin una mejora de los medios, entre ellos los telemáticos. El debate en las alturas se puede arreglar con dos plumazos, estampados en un acuerdo que ponga fin al impresentable bloqueo político. El segundo asunto es más arduo, requiere estar sobre el terreno, enterarse de veras, valorar la situación, aplicar voluntad de remediarla y poner los medios. Dos modos de hacer política.