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Para empezar

David Ventura

Hasta el mal rollo siempre

Hay en Ibiza – y creo que en muchos más lugares- un espécimen político peculiar. Es aquel que habita en ese amplio campo que hay a la izquierda del PSOE, y que dedica todas sus energías a atizar y despellejar a las otras personas de su mismo campo ideológico. Evidentemente también critican a la derecha, pero los comentarios más afilados, las puyas más elaboradas, el veneno mejor destilado lo guardan para sus compañeros de viaje. Los objetos de su animadversión son aquellos con quienes comparten un 99% del ideario político, pero utilizan el 1% restante para regodearse en todo lo que les separa, fijándose en anécdotas nimias para desempolvar su memorial de viejas obsesiones. A la mayoría de la gente lo que digan estos personajes se las trae al pairo, pero son muy activos en redes y utilizan esa caja de resonancia para sus desahogos. Cuando se acercan las elecciones y desde Madrid o Palma llega la consigna de que es la hora de la ‘unidad de la izquierda’, aceptan las órdenes a regañadientes y comparten cartel, lista electoral y mitin con gente que detestan. Por suerte para ellos, cuando se terminan las ‘candidaturas de unidad’ pueden volver a las andadas y proclamar abiertamente, jactándose, lo mucho que desprecian a los que habían sido sus compañeros. Adorables, ¿verdad?

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