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Javier Cuervo

Mick Jagger y Joe Biden

«A Biden se le pedía hacer carreras de Jagger para ser presidente; inteligentemente, a Jagger nadie le pide que haga cosas de Biden»

Si mira las primeras imágenes de la última gira de The Rolling Stones, ‘No filter tour 2021’, verá que el grupo sigue en pie después de la muerte de su batería, Charlie Watts, el músico sentado. Que nadie saque conclusiones equivocadas sobre el sedentarismo. Me di prisa en buscar las imágenes y la gente en subirlas a YouTube. Eran de un teléfono móvil lo que garantizaba peor calidad y mayor sinceridad. Lo que se movía en escena, se movía de verdad. En los conciertos grabados y en los videoclips cuanto más viejo es un grupo más se mueven la cámara, el público y el plano en el montaje. Mick Jagger sigue caminando con la gracia de las chicas que jamás se caen de los tacones pero siempre parecen a punto de hacerlo.

Todo esto me viene a la cabeza en favor de Joe Biden. El Mick Jagger del 26 de septiembre que se contoneaba, bailaba adelante y atrás y se arrancaba en carrerillas por la larga pasarela del Dome de San Luis (Misuri, Estados Unidos) tenía la misma edad que el Joe Biden al que obligaron a correr por alfombras rojas hasta el puesto de orador en las pasadas elecciones para demostrarle a los votantes y al mundo dos cosas: que estaba en forma y que no era Mick Jagger.

Joe nació el 20 de noviembre de 1942 y Mick el 27 de julio de 1943. A Jagger no le ha caído el pelo en la vejez y a Biden le cayó de joven aunque le volvió a subir de mayor. Jagger canta mejor y le ha llevado menos tiempo ser líder pero Biden manda más y en una gira mueve más seguridad que los Stones. Estúpidamente, a Biden se le pedía hacer carreras de Jagger para ser presidente; inteligentemente, a Jagger nadie le pide que haga cosas de Biden para ser Rolling Stones.

Jagger sale a trabajar a un escenario conocido con un repertorio que ha ido construyendo y ajustando a los tiempos. Biden tiene su repertorio propio adaptado, pero su tarea sucede en un escenario que no deja de cambiar. ¿Por qué es más raro hoy que gobierne un hombre de 78 años que millones de personas quieran ver cómo canta y baila otro de la misma edad?

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