Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

‘Efecto ambulancia’

Escuchas la sirena, miras por el retrovisor y la ves. Conduce rápido y se mueve zigzagueante entre el tumulto. La respuesta de los conductores es inmediata. El movimiento, automático: te pegas a la acera, al coche de al lado, a la cuneta o a la parada de autobús o taxi más cercana. La vida de alguien está en juego. Así que te apartas sin más. Sin bocinazos. Sin «aprende a conducir» o «mujer tenía que ser». Nada. Al contrario. Si llega a tiempo tal vez le salven la vida, pensamos. O ‘les’. Creamos conciencia. Actuamos por instinto. Todos a una, y de forma poco habitual, pero pasa. Por unos instantes, la carretera rezuma responsabilidad y compromiso. «Da que pensar...». Y seguimos la estela de las luces rojas durante unos segundos preguntándonos dónde irá, qué habrá pasado, quién habrá sido... Y damos gracias, entonces, de no ser al que buscan.   De que no sea un familiar, o un amigo, o alguien al que conocemos. Aunque da lo mismo.   En ese momento, ese alguien somos muchos. Fords, peugeots, beemeuves, lamborghinis o fiats panda.   En Ibiza, Londres, Tokio o bajo  el sol de Tombuctú. Ojalá así siempre, ojalá así mucho. ‘Efecto ambulancia’ para cambiar el mundo.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.