Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A cara nadie la puede ganar

A veces despreciamos la incultura, y pasa lo que pasa. Para la política no hace falta ser culto, y de hecho España no ha tenido presidentes cultos, salvo Calvo-Sotelo (González apuntaba a ratos). Debido a ese desprecio se ha menospreciado a Ayuso como política. Por ejemplo, es memorable su última salida para alejar la peste de Vox y de paso pedir la mayoría absoluta: «Llevo años presa de Vox y de Ciudadanos». La ayuda su rostro versátil, que puede pasar en segundos de manola castiza y descarada a dolorosa de Murillo. Esta última, que ha puesto para lamentar esa prisión, se le da de cine. Imposible que compitan con esa carita los demás candidatos, pues Gabilondo tiene la expresividad de un bolardo e Iglesias solo da bien de indignado, para lo que ya no tiene posición. Podría servir Mónica, pero falla en el registro de dulzura. Así es la política, muchas veces cuestión de cara.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.