Presumen mucho estos días en el Govern de eliminar a unos cuantos enchufados, digo asesores, de los tropocientos a los que hemos de mantener los ciudadanos de Balears para que los partidos que nos (des)gobiernan estén contentos. En realidad, el Ejecutivo usa trucos de prestidigitador: nada por aquí, nada por allá... alehop, una paloma que vuela. Pero por arte de magia, el pajarraco aterriza en otro confortable y bien remunerado puesto. En un abrir y cerrar de ojos, pocos días después de que Armengol anunciara «recortes» en los cargos públicos, cuatro de los responsables de cinco direcciones generales aparentemente desaparecidas ya se sientan en sus nuevas poltronas. Por ejemplo, el hasta ahora director general de Arquitectura ocupará plaza de asesor como «interlocutor parlamentario». El mismo duro trabajo que ha desempeñado Vicent Torres Benet para el que no hay, de momento, puestecillo alternativo. Tampoco para Núria Riera, defenestrada por cobrar el plus de residencia en Eivissa, pese a tener casa (que encima alquilaba) en Palma. Si es que Mallorca discrimina a los ibicencos hasta para enchufarles. El Govern sigue intentando hacernos creer que recorta gastos, pero continúa, como siempre, con el colocón para los suyos.
