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La educación especial en los centros

Soy maestra de educación especial desde hace más de ocho años, siempre he ejercido esta especialidad y otro año más me encuentro casi a final de curso y con las mismas dificultades y problemáticas. He trabajado siempre en centros de Ibiza, institutos, colegios, en aulas específicas y en ´integración´ y sí, me reitero, siempre las mismas dificultades y las mismas problemáticas año tras año, gobierno tras gobierno (del partido que sea).

Las investigaciones no hacen más que evidenciar que una atención temprana, una terapia intensiva e individualizada y la integración con niños/as típicos, hace que la calidad de vida de los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE) y por ende, de sus familias mejore sustancialmente, pero la realidad que me encuentro en Ibiza, y pienso que es igual que en el resto de las islas, es totalmente diferente.

Cuando nos llega al colegio un alumno/a NEE, las ratios de las aulas no ayudan mucho a la supervisión del niño. Los recursos personales (maestros específicos) no se dan en base a las habilidades o deficiencias de los niños/as si no en la cantidad de alumnado con necesidades, sea la discapacidad y severidad que sea. Así pues, es normal encontrarnos en una jornada escolar de 25 horas lectivas con tres y cuatro horas de apoyo especializado en el mejor de los casos. Y como maestra y especialista, me duele en el corazón enfrentarme a la realidad de que esto, no es más que un parche y que se le está pidiendo más autonomía en el aula a un niño/a con NEE que a su compañero/a típico.

Un niño/a con NEE tiene que hacer el doble de esfuerzo e invertir el doble de tiempo para llegar a habilidades que en sus compañeros llegan de manera natural e innata. Por esta razón, las familias (que pueden), plenamente conscientes de las necesidades de sus hijos tienen que costear de su bolsillo terapias que son verdaderamente caras. Las becas son ridículas, no llegan a todas las familias y no costean la totalidad de las terapias.

¿Cuál es el resultado de todo esto? Que en la carrera a contracorriente que es la discapacidad, el tiempo pasa y nuestro alumnado NEE que no ha recibido la cantidad de horas de apoyo especializado en los centros ordinarios, acaban ´descolgándose´ tanto en habilidades del resto de compañeros que su dictamen de escolarización cambia y finalmente pasan a ser alumnado de aulas específicas. Y mi pregunta es la siguiente: ¿si ese alumno con discapacidad tuviera cáncer, sería la administración capaz de permitir tener a ese niño sin terapia? ¿Se le negaría un tratamiento? ¿Le daríamos aspirinas para el dolor?¿Se becaría a las familias con un tercio de los costes del tratamiento porque la sanidad pública no lo cubre?

Estoy segura que para la administración es mucho más caro invertir en centros de día, colegios específicos y pensiones de personas dependientes que no podrán ejercer una profesión que invertir en educación de calidad. Y la educación de calidad pasa por tener las horas de apoyo necesarias según sus habilidades y necesidades en colegios ordinarios, y ya no tanto becar, si no formar a los profesionales en terapias específicas y recomendadas por la guía de la buena práctica para poderla ejercer en los colegios públicos y en las instituciones públicas que prestan servicios a este tipo de alumnado.

Pero siempre hay una luz al final del túnel, y sí, hay alguien que se preocupa por la educación, así que desde aquí doy las gracias a la Asamblea de Docentes que, paso a paso, intentan ganar calidad a nuestro sistema educativo. Y como decía el maestro Galeano «mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo».

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