Síguenos en redes sociales:

Vallas pornográficas

La valla publicitaria que anuncia un ´dance club´ al entrar a Ibiza con el eslogan «pornographic», enmarca en la ´o´ el dibujo explícito de lo anunciado. La pornografía ha visto en la publicidad en la vía pública el modo de divulgar una sexualidad que a menudo tiene más que ver con violencia, misoginia, distorsión de las relaciones interpersonales y degradación mutua, que con una conexión sexual o emocional.

Las décadas de activismo feminista no evitan que la mujer siga representada en la publicidad como objeto sexista. Dicen que para el 2020 aumentará un 30% el tiempo que pasamos fuera de casa y la publicidad no podrá depender solo de medios caseros como la tele. La publicidad de la calle es inmune a filtros selectivos del consumidor, que tampoco puede apagarla o pasar página, y es gratis. Rara vez se logra que se retiren de la calle anuncios como el de los jeans de Calvin Klein por usar a la mujer como juguete del hombre, sugerir violencia sexual y violación, y fomentar un entorno peligroso para la mujer. La publicidad sexista a que somos involuntariamente expuestos en espacios públicos es una forma de acoso sexual que debería ocupar a las autoridades y a los partidos que en campaña anuncian soluciones para todo. Quienes la justifican «porque las cosas son así», olvidan que la esclavitud y pegar a la mujer también ´fueron así´ en el pasado.

Toda la población es cautiva de esas imágenes, pero afecta más a los menores. Aumenta la evidencia de que la prevalencia de la pornografía en la vida de niños y adolescentes es más significativa de lo que muchos adultos creen y de que la pornografía deforma su sano desarrollo sexual, además de explotar a muchos de ellos. Nuestros hijos son bombardeados con imágenes sexualizadas de adultos y forzados a considerar aspectos de sexualidad propios de adultos antes de estar psicológica y emocionalmente preparados. No es cuestión de escándalo moral, sino de salud y bienestar. Ni es un puritano mojigato quien lo dice sino la Asociación Americana de Psicología (APA) y su grupo de trabajo sobre ´sexualización´ que trata el problema. Hay sexualización si los valores de la persona parten de su atractivo o conducta sexual excluyendo a otros; si equipara atractivo físico con ser sexy; si se hace de una persona un objeto sexual (una cosa para uso sexual de otros); y/o se impone la sexualidad de modo improcedente a otro. Esto es de especial relevancia para el niño: si se le inculca sexualidad de adultos suele ser por imposición, no por su elección, y las peores consecuencias son para las niñas: en funcionamiento cognitivo, salud física y mental, sexualidad y actitudes y creencias. Aunque advierte la APA que la sexualización afecta a toda la sociedad, y que entre sus víctimas están las numerosas mujeres adultas que sufren tratando de conformarse a un estándar ideal de belleza femenina más y más juvenil.

Pulsa para ver más contenido para ti