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Navidad en Sant Antoni

Un belén bajo la lluvia

Ya está abierto al público el nacimiento municipal de Sant Antoni, que este año va acompañado de fenómenos meteorológicos

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La inauguración del belén de Sant Antoni, en imágenes Vicent Marí

Esta Navidad el parte meteorológico anuncia precipitaciones en el belén municipal de Sant Antoni y es que su artífice, Jesús González Casado, con ganas de innovar y de «aportar el mayor realismo posible», ha decidido introducir en su creación «el efecto tormenta».

Lo pudieron comprobar ayer por la tarde los espectadores que acudieron a la inauguración del nacimiento, instalado, como en años anteriores, en la calle Ample número 11. «Estoy seguro de que hasta ahora no se ha visto en ningún belén de Eivissa algo parecido», aseguró unas horas antes del evento el belenista jerezano.

Unos niños contemplan el belén municipal de Sant Antoni. Vicent Marí

Para poder reproducir este fenómeno meteorológico, González ha creado un sencillo circuito cerrado de agua, que está oculto al público. «He instalado una especie de paraguas que permite recoger el agua que cae y dirigirla por un sumidero a un depósito situado en la parte inferior», explica.

El efecto de la tormenta, que incluye «relámpagos y el ruido de truenos», ha condicionado el diseño del belén, muy diferente al de otras ediciones. Como explica su creador, la escena que el espectador contempla en primer plano se encuadra en la segunda planta de una casa payesa con columnas y tejado de vigas tradicionales, en la que se encuentran los protagonistas del nacimiento, María, José y el Niño Jesús, junto a otros tres personajes, una mujer embarazada con un niño pequeño, un pastor arrodillado y un señor que echa leña a la chimenea. «Solo faltan la mula y el buey, porque no tenía mucho sentido que estuvieran en un segundo piso», apunta González.

Por las ventanas de la estancia, el espectador puede observar la lluvia caer y avistar en la lejanía a los Reyes Magos. También pueden contemplar «un pequeño poblado con construcciones que recuerdan a la arquitectura ibicenca». «Cada año intento tomar imágenes de diferentes casas payesas que hay en la isla para luego reproducirlas en el belén», explica el pesebrista. Para hacer estas viviendas emplea porexpán y lo reviste de escayola.

Un mes de trabajo

En total, en el belén, que tiene aproximadamente cuatro metros de largo por cinco de profundidad, hay una veintena de figurillas. Las más grandes, de unos 16 centímetros, «son a palillo, de barro cocido, y son obra del escultor Joaquín Pérez». El resto son de resina.

Detalle del nacimiento. Vicent Marí

A diferencia de otros años, esta vez «no hay ninguna pieza en movimiento». Otra novedad es que se ha instalado un «programa de iluminación más moderno».

González ha invertido «cerca de un mes» en la creación del belén municipal de Sant Antoni, aprovechando los ratos libres que le deja su trabajo y contando con la ayuda de familiares, amigos y compañeros. Éste es ya el decimotercer año que ejerce de belenista municipal y le sigue haciendo «la misma ilusión de siempre».

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