Negociaciones en Cataluña

Sánchez promete mejorar la financiación y cumplir lo pactado con ERC para allanar la presidencia de Illa

El presidente del Gobierno considera "muy grave" que Feijóo abra la puerta a pactar con Meloni

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la clausura de la reunión anual del Cercle d'Economia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la clausura de la reunión anual del Cercle d'Economia / / JORDI OTIX

Sara González

"Todos los caminos pasan por Salvador Illa y todos los caminos llevan a Salvador Illa". Con esta afirmación, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tratado de responder a la pregunta que ha monopolizado los corrillos de la clausura de la reunión anual del Cercle d'Economia: la de si resolverá o no la gobernabilidad de Cataluña. No solo ha advertido de que no puede tener cabida el bloqueo y la repetición electoral, sino que ha dejado claro que no concibe otro escenario que no sea que el líder del PSC se convierta en el próximo president de la Generalitat y encabece una nueva etapa en la que será protagonista "la mejora" del modelo de financiación. Un mensaje que sintoniza con el plan esbozado por Illa, a quien ha tratado de allanar el terreno.

¿Y de la mano de quién? Sánchez ha dejado claro que el Govern se decidirá en territorio catalán y al margen de los intereses de la Moncloa. Es decir, que no hará claudicar al PSC -como le reclama Carles Puigdemont- y que, por tanto, no sacrificará la presidencia de la Generalitat por más que los independentistas -principalmente Junts- amenacen con desestabilizar la legislatura española. "El Govern se decidirá en Cataluña y obedecerá a los intereses, necesidades y demandas de la sociedad catalana", ha proclamado.

El guiño a ERC

Dicho esto, y a sabiendas de que Illa tiene por delante un complejo pacto para lograr su objetivo, ha aprovechado la ocasión para lanzar un guiño a ERC, que trata de recomponerse del 'shock' del varapalo en las catalanas del 12 de mayo y que después de las europeas entrará en una frase de interinidad en sus liderazgos. "Desde la distancia, quiero reconocer el trabajo de cooperación de ERC y con Pere Aragonès", ha dejado caer en pleno contexto de negociaciones entre bambalinas y a la sombra de la campaña de las elecciones europeas. La suma de socialistas con republicanos y Comuns alcanza los 68 escaños justos para la mayoría absoluta.

Para echar una mano a esa aritmética, el presidente se ha comprometido a cumplir con todo lo pactado con el actual Govern en funciones: ha enumerado desde la condonación de la deuda a traspasos competenciales, también una "mayor y mejor financiación" -sin entrar en la concreción de detalles- dentro del marco del Estatut, más inversión en infraestructuras -mención especial ha hecho al "esfuerzo" para revertir la desinversión en Rodalies- y el "respeto" por la historia, la lengua y la cultura catalana. Precisamente, el presidente del Cercle, Jaume Guardiola, ha reclamado una reforma "urgente" y "profunda" de la financiación en la que se respete el principio de ordinalidad, principio al que no ha hecho referencia al presidente.

Un futuro "sin vértigo"

Todos estos compromisos forman parte del pacto que los republicanos pactaron a cambio de la investidura de Sánchez el pasado otoño y están vinculados -aunque con ambición y acento distinto- a sus condiciones para tejer alianzas; dejando fuera, eso sí, el referéndum de autodeterminación y un sistema de reparto de recursos que salga del régimen común. Con la amnistía, Sánchez da por saldadas las concesiones más allá del ámbito del autogobierno, además de presumir del éxito cosechado con "el camino del perdón" que se aprobará de forma definitiva en el Congreso el jueves de la semana que viene, pero cuya aplicación por parte de los tribunales está por ver.

"El resultado de las elecciones catalanas han catapultado a Illa a una destacada primera posición. Cataluña quiere reencuentro, no enfrentamiento; opta por el diálogo y no por el empecinamiento; y confirma que la moderación de la que ha hecho gala Illa ha ganado", ha sacado pecho el también líder del PSOE, que ha fijado el marco de negociación de los socialistas con el independentismo en una etapa centrada en la "convivencia, los acuerdos y la buena gestión" y ya no en el conflicto territorial. Tres principios que siempre suenan bien en los oídos de un empresariado que pide estabilidad y a los que Sánchez ha prometido que, a diferencia de hace un año, cuando se había precipitado el adelanto de las generales, pueden mirar "sin vértigo" el futuro.

"Muy grave" abrir la puerta a Meloni

"Para saber dónde estamos hay que reconocer de dónde venimos", ha pedido el presidente del Gobierno rememorando el convulso otoño de 2017 y el impacto que supuso para el contexto económico. Ahora, seis años después, ha dicho, Cataluña y España "inspiran confianza" tanto dentro de sus fronteras como fuera. Con la campaña de las europeas en marcha planteadas como un plebiscito entre él y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, Sánchez ha considerado "muy grave" que el popular haya abierto la puerta a pactar con la presidenta de Italia, Giorgia Meloni. Además de considerarla parte del "Vox europeo", ha prometido no pactar con la extrema derecha.