El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, negó este viernes que, en el marco de las negociaciones para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Constitucional, prometiera al PP que el Gobierno no reformaría el delito de sedición para rebajar las penas. Este es el argumento que la dirección popular esgrimió este jueves para suspender las conversaciones. Que Bolaños transmitió al interlocutor del PP, el vicesecretario de Institucional, Esteban González Pons, que no lo abordarían.

La versión del ministro, en una entrevista en la Ser, es que es "exactamente lo contrario". "Llevamos meses diciendo lo mismo", señaló, tanto en público como en privado. El PP asegura que ante el impulso que la idea de un cambio en el Código Penal adquirió en los últimos días, Alberto Núñez Feijóo llamó el jueves por la tarde al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y, tras constatar que, efectivamente, pensaba hacerlo decidió parar la negociación.

Este relato dista mucho del que ofrece el Gobierno. Bolaños recuerda que el PP "ya había dicho en declaraciones públicas que lo desvinculaba", en referencia a las afirmaciones de la secretaria general, Cuca Gamarra. Según el ministro, "el pacto estaba hecho" pero "Feijoo no ha resistido a las presiones de la derecha más reaccionaria" que, en su opinión, está "dentro y fuera del PP".

Situación "calamitosa"

El Ejecutivo considera que el líder de la oposición "no tiene autonomía" y que "nada condiciona" que se tenga que cumplir la Constitución. Según el ministro de Presidencia es necesario elegir un nuevo CGPJ para superar una "situación calamitosa" y el "colapso" del Tribunal Supremo. Tras una cambio legal de los socialistas, el órgano de los jueces, una vez su mandato ha caducado, no puede hacer nombramientos.

Bolaños defendió que Feijóo ha caído en manos de una "derecha muy peligrosa" que "no reconoce la legitimidad de este Gobierno y no ha aguantado la presión". Para los socialistas al dirigente gallego "le han doblado el pulso los más extremistas", que no querían que pactara con Sánchez. No obstante, el ministro no reveló si en algún momento de las conversaciones González Pons le trasladó "las presiones" que el PP estaba sufriendo.

El resultado, explicó, es que se ha producido una ruptura "de un modo extraño" porque, como Sánchez ha contado en una conversación informal con los periodistas que le acompañan en su viaje a Kenia y Sudáfrica, hablaron durante una hora el jueves por la tarde y Feijóo no le dijo que pensaba suspender las conversaciones. De hecho, apunta, "quedaron en verse el próximo miércoles". Bolaños contó que él habló después con el presidente del Gobierno y que, aunque ambos fueron conscientes de que "estaba recibiendo presiones", pensaron que aún había opciones de salvar el acuerdo. Pero al hacer escala en Luanda (Angola) en el viaje de regreso a Madrid, Sánchez se encontró con el comunicado del PP.

Según Bolaños el acuerdo estaba tan hecho que se habían reservado dos fechas para firmarlo, este viernes y el martes pasado. Pero el PP iba "dando largas" y "siempre había alguna cuestión o algún nombre" que no encajaba. Para el ministro ahora resulta "difícil que se pueda recuperar la confianza" pero "no hay alternativa a un no acuerdo, no se puede seguir así". "Es insostenible". Estamos, añadió, "en una crisis institucional muy grave".

Sobre las posibles salidas dijo que siempre estarán "dispuestos a solucionarlo" pero admitió que van a explorar "si hay alguna opción" para cambiar las mayorías en la elección de los miembros del CGPJ, algo que ya plantearon aunque Bruselas lo tumbó, pero que "lo primero es que se cumpla la Constitución".