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Crisis en Interior

Interior prepara la destitución de Estela al frente de los Mossos

El departamento quiere a una comisaria de jefa de la policía catalana pero esa decisión tal vez se produzca tras un nuevo liderazgo transitorio de Sallent

Interior prepara la destitución de Estela al frente de los Mossos.

La elección de seis nuevos comisarios ha acabado en un nuevo enfrentamiento entre el comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Maria Estela, y el equipo de la Conselleria d’Interior que lidera Joan Ignasi Elena. Una crisis que el departamento se prepara para zanjar con la destitución de Estela, aunque todavía no hay fechas ni acuerdos tomados al respecto que sean inamovibles.

El desencuentro a cuenta de los nuevos comisarios surgió cuando Elena comunicó a Estela, en la reunión que se celebró el viernes a las once del mediodía, cuál era su selección de nombres: Rosa Bosch, Sílvia Catà, Ramon Chacón, Montserrat Estruch, Miguel Ángel García y Mònica Luis Godó. Cuatro mujeres y dos hombres de una lista de una docena de nombres que habían obtenido la máxima puntuación durante el proceso de concurso interno. Estela, que no estaba de acuerdo con Elena, esperaba al menos que sus argumentos para apostar por una lista distinta, que era de tres mujeres y tres hombres, fueran escuchados y debatidos. Pero no fue el caso: la decisión, que Elena puede tomar como máximo dirigente de la 'conselleria', no era negociable. 

Estela, que llevaba días negando internamente que la selección de cuatro mujeres para las seis nuevas plazas estuviera tomada como se comentaba, se sintió nuevamente desautorizado por Interior. Y también ninguneado como comisario jefe para decidir quiénes serían los nuevos comisarios a pocos meses de acometer una reforma estructural de la cúpula que, entre otras cosas, habría significado la salida del comisario Eduard Sallent de la prefectura. 

Un pulso que pierde Estela

Estela se plantó el pasado mes de junio ante Elena y comunicó que no podía seguir trabajando con Sallent de número 2 porque no confiaba en él. Estela sentía que Sallent gozaba de la total confianza del director de la policia catalana, Pere Ferrer, y del jefe del gabinete de Elena, Raül Murcia, y que los tres tomaban decisiones juntos y a sus espaldas que, como comisario jefe, le correspondían a él. Elena no aceptó aquel pulso y defendió a Sallent. 

La relación rota entre los números uno y dos de la policía catalana afloró en una noticia de 'El País' hace dos semanas. Y la crisis generada al cobrar dimensión pública el asunto alcanzó su punto más álgido cuando EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, publicó que la mayoría de comisarios estaban del lado de Estela en su pulso con Sallent porque entendían que el comisario jefe, con su plantón, también estaba defendiendo al cuerpo de injerencias políticas. 

En el fondo, subrayaron cuantos comisarios atendieron entonces a este diario, Estela estaba adoptando la misma postura que había motivado la destitución del major Josep Lluís Trapero en diciembre de 2021: oponerse a una tutela de la policía catalana, a su juicio, demasiado intervencionista.

La carta

Aquella crisis se zanjó con un paso atrás de Estela, que puso por delante la estabilidad de los Mossos y el no seguir con una disputa que lesionaba la reputación de una institución que ahora se acerca al sexto cambio de jefe en tan solo cinco años. Estela habló largo y tendido con Elena y mandó una carta a todos los agentes dando el episodio por zanjado. Estela creyó que Elena valoraría su gesto y que, a pesar de no contar con el apoyo de la mano derecha del ‘conseller’, Murcia, y de seguir enfrentado con Sallent, podría mantenerse al frente del cuerpo. No era así. 

Desde el momento en que Estela se plantó ante Elena el pasado mes de junio, la ‘conselleria’ meditaba su relevo. El equipo de Elena había apostado por una prefectura coral, con Estela, Sallent y la pronto comisaria Rosa Bosch, y vivió muy mal el pulso del comisario jefe. Una espada de Damocles de la que Estela no era del todo consciente. Estela confiaba en una relación reconstruida con Elena y creía que su reestructuración de la cúpula, que supondría la salida de Sallent, le permitiría consolidarse al frente de los Mossos. No ha hecho falta esperar tanto para que quedara claro que la 'conselleria' tenía otros planes: dos semanas después de aquella carta, Estela ha vuelto a ver que tiene poco que decir ante el ‘conseller’. 

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