El rey inaugurará este lunes junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, el Mobile World Congress de Barcelona, que pretende caminar hacia la normalidad previa a la pandemia de coronavirus y sobre el que sobrevolará la crisis de Ucrania.

El ataque de Rusia a este país estuvo presente en todas las intervenciones de las máximas autoridades presentes en la cena celebrada la víspera y que reunió también a Felipe VI, Sánchez y Aragonès junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el director general de la patronal de la industria móvil GSMA, Matt Granryd.

Sánchez fue especialmente duro contra el presidente ruso, Vladimir Putin, al que calificó de "sátrapa" que "no se va a salir con la suya", mientras que el rey lamentó la "inaceptable agresión" a Ucrania y Aragonès mostró su "condena enérgica" y asevero que "la independencia de Ucrania y su pueblo debe ser protegida".

La unidad contra la actitud de Putin se evidenció después de que, como en anteriores ocasiones en las que han coincidido, el presidente de la Generalitat evitara estar presente en el saludo de bienvenida al rey aunque luego sí conversaron y compartieron la mesa presidencial de la cena.

El rey y Sánchez destacaron el mensaje de normalidad tras la pandemia que lanza la celebración del Mobile.

Por su parte, el director general de GSMA agradeció a las administraciones públicas que ofrecieron su ayuda al Mobile durante lo peor de la pandemia y dijo que la edición de este año, tras haberse suspendido la de 2020 y haberse celebrado en formato reducido la de 2021, será la de la "recuperación"

La GSMA espera una asistencia de entre 40.000 y 600.000 personas a la mayor feria tecnológica del mundo, generar un impacto de 240 millones en la economía barcelonesa y su área de influencia, y firmar 6.700 empleos temporales.

El Mobile, que celebra su 17 edición, tiene como lema "Conectividad desatada", con el que se pretende mostrar la voluntad del sector de relanzarse tras la pandemia.