La crisis entre Marruecos y España por la acogida en Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, y la posterior oleada de migrantes que desbordó Ceuta está lejos de enfriarse. Marruecos avivó este lunes las brasas al difundir su Ministerio de Exteriores una nota en la que, entre otros argumentos, equipara el problema del Sáhara Occidental con el 'procés'.

Hora y media después de la difusión del comunicado marroquí, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, respondió taxativamente deplorando la actitud de Marruecos: "Si lo que se está diciendo por parte del ministro de Asuntos Exteriores marroquí es que han utilizado la migración, es decir, el asalto a las fronteras españolas por parte de más de 10.000 marroquíes en 48 horas, a mí me parece absolutamente inaceptable".

El comunicado alauí, distribuido sin membrete, sitúa la raíz de la "grave crisis" diplomática en las "segundas intenciones hostiles de España con respecto al Sáhara marroquí" -dice por el Sáhara Occidental-, y augura que este conflicto no terminará con la comparecencia ante la justicia del líder polisario, prevista para este martes en la Audiencia Nacional.

Cuando alude al procés, el escrito de Rabat pregunta: "¿Cuál habría sido la reacción de España si un representante del separatismo hubiera sido recibido en el Palacio Real marroquí? [...]. ¿Si hubiera sido recibido pública y oficialmente por su aliado estratégico?".

Comparación con el procés

La declaración recuerda que "Marruecos nunca instrumentalizó el separatismo" contra España: "Durante la crisis catalana, Marruecos no optó por la neutralidad, sino que fue uno de los primeros en ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional de su vecino del norte de forma clara y contundente".

Y recuerda dos momentos: en 2012 una delegación económica catalana visitó Marruecos y Rabat modificó su programa, a petición española, para que "no fuera recibida al más alto nivel y que todas las entrevistas se hicieran en presencia del representante de la Embajada de España". En 2017, "Marruecos rechazó la petición de visita de un gran líder del separatismo catalán", dice aludiendo al expresident Carles Puigdemont.

Además, anota Rabat, "en medio de la crisis catalana, España siempre ha podido contar con Marruecos", con "la prohibición de la entrada de separatistas catalanes" y la "prohibición de todo contacto entre el consulado marroquí en Barcelona y el movimiento separatista catalán".

Sánchez: "No es admisible"

El presidente del Gobierno aprovechó la rueda de prensa de la XIII Cumbre Hispano-Polaca, celebrada este lunes en Alcalá de Henares (Madrid), para rechazar el comunicado. Sánchez fue inusualmente duro con Marruecos, prueba del malestar enorme que ha dejado el comunicado de Rabat en el Ejecutivo: “No es admisible que haya un Gobierno que diga que se atacan las fronteras, que se abren las fronteras para que entren 10.000 inmigrantes en 48 horas por desavenencias y discrepancias en política exterior”. 

El jefe del Ejecutivo insistió en que la “vecindad y la relación bilateral” se tienen que cimentar “en el respeto y la confianza”, y “no se construyen” por un choque diplomático. “No es aceptable”, repitió en tono firme, añadiendo que Rabat “no puede olvidar” que no tiene “ni mejor ni mayor aliado” en la UE que España. Madrid, zanjó, es un “interlocutor privilegiado, necesario e imprescindible” del reino alauí.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. EP

"Actitudes hostiles"

Rabat contestó con otra nota al final de la tarde, en la que califica de "gran sorpresa" que Sánchez hable de inmigración. "La crisis bilateral no está vinculada a la cuestión migratoria", dice la nueva nota, difundida al poco de que los gendarmes marroquíes actuaran ante una multitud congregada junto a la valla fronteriza del Tarajal, e impidiera la entrada a nado en Ceuta de una decena de migrantes.

En el comunicado de la mañana, Rabat acusa a Madrid de aliarse con sus enemigos. La acogida de Ghali -según el Gobierno español humanitaria y según Rabat "fraudulenta y oculta"- "ha revelado la connivencia de nuestro vecino del norte con los adversarios del Reino" y "las actitudes hostiles y las estrategias perjudiciales de España hacia la cuestión del Sáhara".

"¿Cómo podemos saber que España no volverá a conspirar con los enemigos del Reino?", argumenta la declaración alauí. La crisis, dice, acabará cuando "España aclare sin ambigüedades sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones" sobre el Sáhara. Para Marruecos, "la crisis no se limita a un hombre. No comienza con su llegada ni terminará con su partida". Hasta ahora, el Gobierno ha reiterado que su postura es la de la ONU: una solución acordada entre las partes, Rabat y el Polisario. Pero Marruecos se siente reforzado después de que Donald Trump, antes de salir de la Casa Blanca, reconociera la soberanía alauí sobre el Sáhara Occidental.

Brahim Gali ingresó en estado crítico en el hospital San Pedro de Logroño el pasado 18 de abril tras contraer covid. La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, atribuyó posteriormente su presencia en el país a "razones estrictamente humanitarias". Ghali será interrogado este martes por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz sobre presuntos delitos de genocidio y lesa humanidad.

"Solidario con España"

El comunicado de Rabat acumula ejemplos para afirmar que "Marruecos ha demostrado siempre ser solidario con España", no solo en el caso de la crisis territorial que estalló en 2017 en Catalunya.

Marruecos incluye en su nota un memorial de cooperación en lucha contra el yihadismo ("desarticulación de varias células, con ramificaciones tanto en Marruecos como en España y la neutralización de 82 actos terroristas") y en política migratoria ("desde 2017, abortar más de 14.000 intentos de migración irregular, desmantelar 5.000 redes de trata y evitar innumerables intentos de asalto").

Para Rabat, una cosa son los españoles y otra algunos de sus políticos. "Marruecos -agrega la nota- no tiene ningún problema con los españoles, sus ciudadanos, sus operadores económicos, sus actores culturales y sus turistas, que son bien acogidos como amigos y vecinos". Incide el comunicado en hacer "una distinción entre la amistad del pueblo español y el daño causado por ciertos círculos políticos, gubernamentales, mediáticos y de la sociedad civil", dice sin nombrarlos.