Reino Unido

Deriva ultra, transfobia y luchas internas: las claves del congreso del Partido Conservador británico

Se basa en las proclamas populistas y que tiene como objetivo remontar en unas encuestas que, por ahora, sitúan a los conservadores a más de 15 puntos de distancia del Partido Laborista

El primer ministro británico, Rishi Sunak.

El primer ministro británico, Rishi Sunak. / EP

Lucas Font

La conferencia del Partido Conservador británico ha concluido este miércoles con un discurso del primer ministro, Rishi Sunak, en el que ha defendido su gestión al frente del Gobierno y en el que ha sentado las bases de la que será su estrategia de cara a los próximos meses, los últimos antes de la convocatoria de elecciones generales. Una estrategia basada en las proclamas populistas y que tiene como objetivo remontar en unas encuestas que, por ahora, sitúan a los conservadores a más de 15 puntos de distancia del Partido Laborista. 

Derecha radical

La conferencia del Partido Conservador ha servido para confirmar la deriva de la formación hacia posiciones cada vez más cercanas a la derecha radical. Al discurso duro contra la inmigración de la ministra del Interior, Suella Braverman, en el que alertó de la llegada de un “huracán” migratorio, se han sumado las advertencias de Sunak este miércoles sobre una posible retirada del Reino Unido de los convenios internacionales de protección de los derechos humanos. “Haré lo que sea necesario para frenar los botes [que llegan a través del canal de la Mancha]”, ha dicho el primer ministro.

La marcha atrás en las políticas verdes en favor de un presunto alivio económico para las familias más pobres, la mano dura en materia de seguridad, y el endurecimiento del discurso contra los derechos sociales han sido otra muestra de la deriva del partido hacia la extrema derecha. “No debemos dejarnos intimidar por la creencia de que las personas pueden ser del sexo que quieran: no pueden. Un hombre es un hombre y una mujer es una mujer, es de sentido común”, ha dicho Sunak. La presencia del expolítico ultraderechista Nigel Farage también ha evidenciado la tendencia del partido hacia posiciones más radicales. 

Luchas internas

La gran mayoría de los miembros del partido consideran que Sunak es el único candidato posible a las próximas elecciones. Pero la amplia ventaja del Partido Laborista en las encuestas, de más de 15 puntos en la mayoría de ellas, ha provocado que algunas caras destacadas de la formación hayan mostrado estos días una carta de presentación de cara a una posible renovación en el liderazgo del partido, en caso de que se confirme la derrota en los comicios. 

La propia Braverman suena con fuerza como una posible sucesora de Sunak, así como la ministra de Comercio, Kemi Badenoch, e incluso la exministra del Interior Priti Patel, cercana a Boris Johnson. Todas ellas han tenido espacio en el cónclave conservador, donde también ha brillado la ex primera ministra Liz Truss como representante del sector más liberal del partido, aunque sus opciones para regresar a la primera línea política son casi nulas.

Anuncios polémicos

La conferencia ha estado eclipsada en gran parte por las especulaciones sobre la cancelación de la construcción del tramo norte del tren de alta velocidad HS2 entre Londres y Manchester. La noticia ha sobrevolado el evento desde este lunes y ha levantado las críticas de algunos representantes del partido en el norte del país, que alertan del impacto negativo que esta decisión tendrá en el desarrollo económico de la zona. 

A pesar de las preguntas insistentes de la prensa, Sunak ha evitado confirmar la cancelación del proyecto hasta este miércoles, lo cual ha desviado la atención y ha ensombrecido otros anuncios a los que Sunak quería dar visibilidad. El primer ministro ha asegurado que compensará la paralización de las obras con la inversión de 36.000 millones de libras destinada a mejorar las conexiones entre las principales ciudades del norte del país, pero la mala gestión de los tempos ha acabado jugando en su contra. 

Ánimo contenido

Detrás de la aparente confianza en dar la vuelta a las encuestas en los próximos meses, entre la mayoría de los miembros del partido ha reinado un sentimiento de realismo. Los 13 años de gobiernos conservadores, marcados en gran parte por las negociaciones del Brexit, por las disputas internas, y por los escándalos tras la pandemia han desgastado a la formación y han puesto cuesta arriba las aspiraciones de los ‘tories’ de lograr un nuevo mandato. Lejos del entusiasmo previo a una inminente victoria electoral, en la conferencia de este año ha reinado el ánimo contenido de sus participantes.

Suscríbete para seguir leyendo