Entrevista | Nieves Portas Directora gerente de la Fundació Teatre Principal de Maó

Nieves Portas: «En Ibiza, a veces, se confunde cultura con puro entretenimiento»

Nieves Portas posa para la entrevista en el puerto de Eivissa.   | DANIEL ESPINOSA

Nieves Portas posa para la entrevista en el puerto de Eivissa. | DANIEL ESPINOSA

Maite Alvite

Maite Alvite

A medida que se fue enfrentando a retos y proyectos, la ibicenca Nieves Portas fue teniendo más claro que la gestión cultural era su camino y hacia allí ha ido orientando sus pasos hasta conseguir en 2023 «un sueño»: dirigir el teatro de ópera más antiguo de España. La bailarina y coreógrafa, en una entrevista concedida a Diario de Ibiza desde Menorca, hace balance de este primer año de gestión y de otro hito en su carrera, convertirse en miembro de la Academia de las Artes Escénicas de España. En la conversación, además de hablar del que ahora es su nuevo hogar, el Teatre Principal de Maó, sale a relucir el que fue, durante décadas, epicentro social y cultural de Ibiza, el Teatro Pereyra, reabierto en mayo.

La bailarina, coreógrafa y directora artística ibicenca está al frente del Teatre Principal de Maó desde el año pasado.  | DANIEL ESPINOSA

La bailarina, coreógrafa y directora artística ibicenca está al frente del Teatre Principal de Maó desde el año pasado. | DANIEL ESPINOSA / maite alvite

¿Qué se siente al convertirse en la primera ibicenca en formar parte de la Academia de las Artes Escénicas de España y la primera balear que ingresa dentro del ámbito de la Danza ?

Al principio no era consciente de ello y cuando lo supe me sentí feliz. Siendo de una isla, donde las limitaciones son mayores que en otros puntos de España, y teniendo en cuenta lo que cuesta arriesgar para irse fuera a estudiar una carrera, conseguir ser una representante de este trocito de tierra nuestra en la Academia de las Artes Escénicas, para mí, como ibicenca, es un orgullo. Estoy muy contenta, aún no me lo creo.

¿Qué implica formar parte de esta entidad?

Como miembros de la Academia tenemos una serie de compromisos, como asistir a las asambleas con voz y voto y formar parte de las actividades de la entidad, pero quizás lo más destacado de todo sea el emitir voto en las distintas candidaturas de los Premios Talía, que son los Goya de las artes escénicas. Es donde creo que tenemos más compromiso porque al final estamos valorando a compañeros de profesión, que puedes conocer o no, pero a los que admiras y que han hecho obras y trabajos maravillosos. No todos llegan a las candidaturas finales, muchos se quedan en el camino, y los académicos tenemos la responsabilidad de decidir quién es el merecedor de ese premio. Este año ya he tenido ocasión de votar, porque el período se abrió justo después de que me nombraran miembro de la Academia.

Su nombramiento ha llegado coincidiendo prácticamente con su primer aniversario como directora gerente de la Fundació Teatre Principal de Maó. Se podría decir que profesionalmente está en uno de los mejores momentos de su carrera...

Sí, no me gusta decirlo a mí, pero parece que se empieza a materializar el fruto de lo que he ido haciendo todos estos años. Es verdad que me he dedicado más a la danza y que en Ibiza me conocen más por esa faceta y la coreografía, pero siempre había tenido inquietudes por la gestión cultural y, de hecho, durante los dos años que residí en Formentera, aparte de dar clases en la escuela municipal, me dediqué a estudiar un máster de gestión y me fui adentrando cada vez más en este mundo. También sabes que los bailarines tenemos una vida artística muy corta y que pensamos en nuevas formas de reciclarnos. Para mí, una vía fue la docencia (todavía forma parte del cuerpo docente del Conservatorio de Ibiza), pero realmente sentía que mi verdadera vocación era ésta, la de gestionar. Lo que pasa es que estos puestos son de difícil acceso, porque hay pocos y hay mucha competencia y las mujeres, cuando tenemos familia, muchas veces aparcamos un poco la vida artística y la carrera profesional. En mi caso, que he sido madre, decidimos que sería un poco al revés y que yo, que tenía esa ambición, sería, en caso de que fuera necesario, la que saliera fuera. Así fue, salió la convocatoria de la plaza para el Teatre Principal de Maó, me presenté, di el cien por cien, me esforcé muchísimo y lo conseguí y creo que una cosa ha llevado a la otra. Siempre he sido muy persistente y he tenido muy claro mi foco. También he ido cayendo en una serie de sitios que me han ayudado a dar los pasos siguientes y, más que cuestión de suerte, esto ha sido fruto de trabajar los sueños.

¿Cómo resumiría este año al frente del teatro?

Si tuviera que resumirlo en una palabra, quizás sería ‘aprendizaje’. Creo que cuando accedemos a cualquier puesto de trabajo en el que no hemos estado nunca, intentamos absorber muy rápidamente la información para poder gestionar desde el conocimiento. Al final te haces experta en algo que quizás desconocías a marchas forzadas. Estoy aprendiendo mucho de los compañeros del teatro, que llevan muchos años aquí; de la parte política; de las otras instituciones con las que me relaciono; del sector artístico y de la sociedad menorquina. Aprendo en todos los sentidos y eso lo integro a mi gestión. También me siento orgullosa de todo lo que he podido hacer en este tiempo, porque hemos hecho muchas mejoras en el teatro, algunas visibles y otras no tanto, y he cumplido con los objetivos que me había marcado para este año.

¿Puede citarme alguna de esas mejoras?

Dentro de las mejoras visibles, una de las cosas de la que me siento más orgullosa es que hemos implementado las medidas de seguridad en lo que es la caja escénica del teatro. He destinado una parte del presupuesto a mejorar una serie de maquinaria técnica que necesitaba actualizarse. Para mí era una de las prioridades y ahora tenemos un teatro más completo, mejor dotado y más seguro. Además, hemos llevado a cabo una reorganización interna porque creo que hacía falta una renovación a nivel administrativo y de comunicación interdepartamental, entre otras cosas. He traído mi manera de trabajar, también me he adaptado a la de ellos, pero sí que he ido introduciendo mejoras para conseguir un funcionamiento interno más óptimo. También hemos mejorado la experiencia del usuario en la plataforma de venta de entradas online. Se ha hecho un trabajo de digitalización y modernización del teatro en varios aspectos. Por otra parte, hemos cambiado la línea de comunicación totalmente, es un tema que estoy cuidando muchísimo. Uno de mis objetivos era proyectar la marca del Teatre Principal de Maó más allá de Menorca y posicionarla un poco más en el mapa, y en eso estoy.

¿Y qué novedades ha introducido en la programación?

Cuando llegué me di cuenta de que había mucha programación de música, pero esto tiene su razón de ser, ya que en Menorca hay una gran afición a la lírica. Yo quería equilibrar un poco la programación y que fuera más variada, porque también era una cosa que el público me pedía. Así que estoy trabajando para incrementar el número de actuaciones, por ejemplo, de danza, de circo, de iniciativas dirigidas al público familiar y también de teatro. No es fácil porque cuando hay ya una tradición implementada, llegar y cambiarla es complicado, pero, poquito a poquito y sin renunciar a nada porque el teatro ya tiene unos compromisos sociales establecidos, intento encajar todo. Tengo la suerte de que el patronato que rige la Fundación que dirijo, compuesto por miembros del Ayuntamiento de Maó, del Consell de Menorca y del Govern, confía en mí y me apoya en las propuestas que hago. Eso es una satisfacción y una motivación para seguir adelante.

En lo que se refiere a propuestas culturales, ¿qué prefiere, Ibiza o Menorca?

Me pones en un compromiso, pero si te contestara honestamente, te diría que Menorca, sin duda, porque lo que he descubierto aquí no lo he visto en ningún sitio, casi me atrevería a decir, del mundo. En una isla con una extensión territorial tan pequeña, el volumen de cultura que hay en general es apabullante. Claro, después de llevar un tiempo en Menorca, lo que he comprendido es que aquí ellos no tienen toda esa oferta complementaria de ocio nocturno que nosotros tenemos en Ibiza. Aquí su ocio es la cultura. Es muy reconfortante ver que cada día que abrimos las puertas del Teatre Principal de Maó, la sala está prácticamente llena y que la gente espera con ansia ver cuál es la siguiente propuesta. Esto es una gran suerte. A veces, hay espectáculos que no los tengo ni que publicitar porque ya se llenan solos. En Ibiza es al revés, hay que hacer unos superesfuerzos para promocionar los eventos y aún así no se llena. A pesar de ofrecer propuestas maravillosas, que sé que se están llevando a la isla, no calan. Y aquí en Menorca la gente tiene una cultura general y musical envidiable. También hay muchos festivales, para todos los gustos y de todo tipo, con grandes propuestas artísticas, mientras que en las Pitiusas solo hay algunos. Además, en Menorca hay revistas y guías culturales tremendamente exitosas y esto en Ibiza casi no funciona.

¿Qué tiene que aprender entonces Ibiza de Menorca respecto a la industria cultural?

Es difícil contestar, porque cada isla ha tomado su rumbo. Ibiza ha tenido una explotación mucho más turística y los menorquines, que siempre han defendido mucho su tierra y lo siguen haciendo, han preferido menos turistas y con un perfil más enfocado a la tranquilidad y a la cultura. Menorca y Ibiza para mí son polos opuestos. Las Pitiusas también tienen cosas muy buenas, no voy a decir lo contrario. Lo que sí creo es que en Ibiza existe una confusión entre lo que es ocio y entretenimiento y lo que es cultura, que son cosas muy diferenciadas. A veces, desde las propias instituciones, creo que no se tiene muy clara la línea divisoria entre los dos conceptos y se dice que se está programando cultura cuando en realidad se trata de puro entretenimiento. Es verdad que hay propuestas culturales muy buenas en Ibiza, pero creo que, en ocasiones, hay que poner el listón un poco más alto y ser un poquito más exigente con la calidad de los espectáculos que programamos, porque estamos confundiendo al público. Eso es una cosita que sí que creo que hay que mejorar.

Hablemos del recién reabierto Teatro Pereyra.

Como los ibicencos y las ibicencas sentimos el Pereyra como algo muy nuestro, a mí me hubiera gustado que hubiese podido ser un teatro público gestionado desde las instituciones, porque se le hubiera dado otro enfoque. Pero comprendo que es un edificio en manos privadas y, evidentemente, lo están gestionando de manera privada. Contra eso no tengo nada que decir y respeto completamente el trabajo que se está haciendo. Entiendo que durante el verano se le dé otra visión y otro enfoque, pero yo espero que en invierno, como dijo Nacho Cano, le puedan dar espacio y cabida a las propuestas locales y que podamos ver danza, música y obras de teatro de gran calidad, ya sean de aquí o producciones nacionales. Es decir, que podamos tener un teatro con una programación ejemplar, que pueda ser un referente. Y aquí hablo como ibicenca y no como gestora.

Tras convertirse en académica y estar dirigiendo el Teatre Principal de Maó, ¿en qué sueña ahora?

Ahora tengo mi compromiso con el Teatre Principal de Maó y la verdad es que, si la conciliación familiar y la vida me lo permiten, me gustaría estar bastante tiempo aquí, porque he encontrado mi lugar. Mirando a un futuro más lejano, mi sueño es seguir dedicándome a la gestión cultural, ya sea en el Teatre Principal de Maó o en otro teatro.

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