Obras

Comienza la reparación de los contrafuertes de la Catedral de Ibiza

Son parte de las obras de mantenimiento y restauración emprendidas en el templo el pasado mes de noviembre y que debían haber concluido en marzo

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

Un aparatoso andamio cubre desde hace unos días parte de la fachada de la Catedral de Ibiza, a la altura de sus seis contrafuertes. Se trata de las obras anunciadas por el Obispado el pasado noviembre, cuando explicó a través de una nota de prensa que, desde el día 1 de ese mes, el templo permanecería cerrado al público para llevar a cabo diversos trabajos de restauración.

Algunas de esas obras, como el arreglo de las vidrieras de la girola, que estaban dañadas, así como la restauración y recolocación de la sillería del coro, la intervención en los altares laterales afectados por la carcoma (también un cuadro del obispo Huix fue atacado por xilófagos, pese a que se había pintado e incorporado a la Catedral hace menos de nueve años) y la pintura de las paredes del templo, ya han sido ejecutados.

Urgente intervención

No así la reparación de los contrafuertes, «que por el paso del tiempo se han deteriorado, necesitando urgentemente una intervención», informó el Obispado.

Hace siete años, el delegado diocesano de Liturgia y Patrimonio, Francesc Xavier Torres Peters, comentó a este diario la necesidad de «rehabilitar los contrafuertes y tejadillos», pues ya entonces estaban «bastante deteriorados». Las obras consistirían, contó entonces, en «picar, quitar y sustituir el material defectuoso» de contrafuertes y tejados. Ese saneamiento evitaría, avisó, que cayeran tejas y revocos (morteros de cal y yeso) y que hubiera goteras en el interior.

La erosión y el desgaste del paso del tiempo eran, señaló, las causas de esa necesaria intervención, que se venía aplazando desde que estalló la crisis económica de 2008. De aquello, hace ya casi 16 años.

Entonces se hablaba de una intervención que tendría una duración de dos meses. Torres creía (hace siete años) que ya era hora de intervenir: «Son cosas que si no se arreglan, a la larga es peor. Si no se interviene en los contrafuertes y entra humedad, se deteriorarán. Hay que evitar males mayores».

Un par de meses de retraso

En noviembre se estimaba que los trabajos concluirían «a finales del mes de marzo», para que las celebraciones de Semana Santa pudieran «llevarse a cabo con normalidad en el templo», como así ocurrió finalmente. Finalmente, parte de esas intervenciones se ejecutan con un par de meses de retraso. Detrás de la valla instalada al nivel de la entrada hay diverso material de obra acumulado, además de grava, ladrillos y tejas.

Los andamios no impiden que turistas y lugareños accedan al templo en los horarios de visita. De hecho, dos vistosos carteles de color azul informan a quienes se acercan a la Catedral de que ésta se encuentra abierta.

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