El Govern balear iniciará la retirada del emisario de Talamanca siete años después de que quedara en desuso, cuando entró en funcionamiento una nueva canalización para la depuradora de Vila más alejada de la bahía de esta playa. Las obras para desmontar, retirar y tratar todos los residuos generados para extraer esta tubería durarán cinco meses y se prevé que comiencen después de la temporada turística, según indicó ayer una portavoz de la conselleria autonómica del Mar y del Ciclo del Agua.
Relacionadas
Esta conselleria, a través de la empresa pública Abaqua, acaba de sacar a concurso las obras para desmantelar la tubería con un presupuesto base de 1,22 millones de euros. El viejo emisario de la depuradora de Vila, de 1.500 metros de longitud, está formado por un tramo principalde fibrocemento de 600 milímetros de anchura, al que, tras una rotura, se unió otro parte de polietileno.
La mayor parte de la vieja canalización, de 1.500 metros de longitud, es de fibrocemento
Historia
Esta infraestructura se construyó en 1985 y prestó servicio servicio hasta 2017, cuando las aguas tratadas por la depuradora de Ibiza pudieron derivarse a otra canalización. El nuevo emisario, mucho más largo, supera los dos kilómetros, de los que la mitad corresponden al tramo terrestre y el resto a la zona marina.
Las obras para instalar la actual infraestructura tuvieron que declararse de carácter de urgencia, dados los constantes problemas medioambientales originados en la antigua tubería, completamente obsoleta.
La pesadilla de los vecinos
De hecho, en los últimos años que estuvo en servicio, se contabilizaron cuatro roturas en 2015, con las consiguientes fugas de agua contaminada en la playa. Así, solo entre septiembre y octubre de ese año, Talamanca tuvo que cerrarse hasta tres veces al baño por vertidos de aguas fecales.
La asociación de vecinos denunció en 2015 a la conselleria de Medio Ambiente contra la fiscalía por la contaminación de Talamanca
Cabe tener en cuenta que, dada la antigüedad de la canalización, el tramo de fibrocemento y el de polietileno se sujetaban con bridas de gran tamaño. En alguna ocasión, los temporales desajustaron esa pieza y tenía que ser sustituida, con los consiguientes vertidos, hasta que finalizaban los trabajos submarinos.
La paciencia de los vecinos y empresarios de la zona se agotó a finales de 2015 y presentaron una denuncia por un delito contra la conselleria de Medio Ambiente del Govern, aunque fue archivada un año después.
En abril de 2019, volvió a provocar fugas durante dos días. Aunque, en principio, ya estaba en desuso, durante las obras de construcción del tanque de tormentas de la avenida de Joan Carles I se vertieron aguas residuales a Talamanca a través del viejo emisario.