‘Castanyoles’ y gaitas en el gran día de Sant Josep

El Grupo Álvaro Cunqueiro, de Valdoviño (A Coruña) acompaña a los ‘balladors’ y ‘sonadors’ de Sant Josep

Vídeo: Así ha sido el día grande de las fiestas de Sant Josep 2024

Estela Torres

Estela Torres

Estela Torres

Empieza el día especial de Sant Josep, y la gente, dispersa, deambula por los alrededores de la iglesia. Algunos están esperando el bus, otros están sentados en la terraza de Can Bernat Vinya. Todos ellos, mochila al hombro y zapatos cómodos, parecen estar de visita, a diferencia de los josepins y demás ibicencos que se han acercado al pueblo, todos ellos vestidos de gala. Los turistas aparentan saber que va a pasar algo, pero se mantienen expectantes. A ver si les sorprenden.

A las 11.04 las campanas anuncian el inicio de la misa, aunque dentro de la iglesia ya quedan pocos huecos. El Grup Folklòric Sant Josep de sa Talaia, activo desde 1980, y el Grupo Álvaro Cunqueiro, de Valdoviño (A Coruña), que participó en estas fiestas por primera vez hace 27 años, esperan en fila a que llegue su turno de entrar al templo. Entre castanyoles y gaitas, el ambiente se impregna de olor a incienso. Su fragancia ayuda a crear un ambiente propicio para la oración y regala a la memoria un recuerdo para el futuro.

El coro de Sant Josep, que hace unos días actuó en la Catedral de Santiago de Compostela, da la bienvenida a los religiosos cuando se acercan al altar. Rodean al obispo, Vicent Ribas, que este año oficia la misa acompañado, después de que en 2023 muchos se quedaran en sus parroquias al coincidir con Domingo de Cuaresma.

Ribas agradece desde el altar la labor de Manos Unidas, que con su tradicional comida solidaria recuadó casi 18.000 euros «para los desfavorecidos». También se dirige a Rita y Pepa que «han estado pendientes de todos los adornos» y al club de personas mayores de Santa Eulària, que ha organizado una excursión para no perderse este día.

A continuación, el discurso del obispo se centra en la importante figura de San José: «Modelo de tantas cosas», como esposo y padre, que ofrece muchos ejemplos necesarios para el mundo de hoy: «La humildad en tiempos en los que todos buscan protagonismo», añade Ribas antes de finalizar invitando a todos los presentes ser «buenos padres y maridos».

En los últimos compases de la ceremonia, un divertido pique en el altar, motivado por si el evangelio se habrá comprendido al ofrecerse en catalán, envuelve el momento con risas y aplausos.

En la entrada a la iglesia, una gran multitud acalorada se acumula. Ahora el sol es más fuerte. Abren paso a la procesión, que exhibe diferentes imágenes. Desfilan en un recorrido que casi traza un semicírculo. Parten de la iglesia, toman la carretera y, al llegar al Ayuntamiento, dan la vuelta para regresar, de nuevo, al templo.

Una pareja de catalanes, de Barcelona, que visitan Eivissa con el Imserso, comenta que les ha soprendido la belleza de la isla y que en un día como el de este martes haya tanta gente dentro de la iglesia.

Al finalizar la procesión, acompaña el ball pagès y se reparten «orelletes i vi», antes de que empiecen a bailar los de Valdoviño con sus coloridos trajes y luciendo grandes sonrisas en la boca. Marcos, director del grupo de gaitas, destaca lo enriquecedor que es el intercambio de culturas: «Sobre todo con una que respeta tanto a las otras», afirma.

Antes de que la gente se disperse hacia las terrazas que, rondando la una y media del mediodía, ya han abierto, ambos grupos de artistas hacen un intercambio de regalos: dos esculturas tradicionales de cada ciudad. Metáfora de lo que pueden haberse llevado en sus mochilas los visitantes que esta mañana a primera hora, antes de las 11.04, esperaban a ver qué pasa en el día de Sant Josep.