ITB, la feria turística de Berlín | La previa

Ibiza y Formentera ante la incógnita de Alemania: ¿afectará la posible recesión al turismo?

Ibiza y Formentera acuden a la feria turística de Berlín para despejar la duda de si la economía de Alemania, en el filo de la recesión, será un obstáculo para que sus viajeros sigan eligiendo estas islas como destino vacacional

El recinto en el que se celebra la ITB, el pasado año. | J.M.L.R.

El recinto en el que se celebra la ITB, el pasado año. | J.M.L.R. / José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

Empresarios y políticos pitiusos acuden esta semana a la Feria Turística de Berlín, la ITB, con el propósito de conocer si el mercado alemán responderá la próxima temporada y si los nubarrones que se ciernen sobre su economía, bastante oscuros, son pasajeros y afectarán o no al normal desarrollo del verano. José Antonio Roselló, economista y vicepresidente de la CAEB, cree que no habrá tormenta, aunque ahora, desde Ibiza, escuchemos los rayos y truenos que desde Alemania sueltan sus responsables económicos.

«El motor de crecimiento de Europa está roto», titulaba The Wall Street Journal hace mes y medio en referencia a Alemania, país que, a su juicio, estaba «atrapado en un atolladero» y sin «salida rápida». Su PIB, de nuevo contraído. La locomotora, parada en el andén. «Revés para España: Alemania sube el precio de los billetes de avión», titulaba en este caso Preferente, medio centrado en noticias turísticas. Tres de las principales compañías aéreas y turoperadores advertían dos semanas más tarde de la posible recesión en Alemania (y también en Reino Unido).

3% de tasa de paro

La tasa de paro en Alemania sigue siendo baja, pues pasó del 3,6% en 2022 al 3% de 2023. Para este año se espera también que no supere el 3%.

¿Tan mal está ese país, uno de los principales emisores de turistas hacia Ibiza y a cuya feria ITB acuden esta semana empresarios y políticos pitiusos para arañar unos cuantos viajeros más? Para el ibicenco José Antonio Roselló Rausell, economista y vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), todas esas señales negativas de la economía teutona «no serían, en principio, una buena noticia para el sector turístico. Sin embargo, los hechos relativos al turismo han ido por otro derrotero, de manera que conviene no caer en análisis unívocos y seguramente precipitados». Pinta mal, pero quizás no tanto como para estar muy preocupados, asegura.

Turistas en el barrio de la Marina de Ibiza.

Turistas en el barrio de la Marina de Ibiza. / Vicent Marí

«La Alemania que acoge la ITB este año 2024 es una Alemania en transición, toda vez que desde 2020 el país se ha visto sacudido tanto por la pandemia del covid y su efectos colaterales (por ejemplo, las rupturas de la cadenas de suministros) como, especialmente, por los efectos de la guerra de Ucrania y, más concretamente, por la ruptura de la filosofía central que animaba el manejo del país», explica. A partir de la guerra de Ucrania, las sanciones a Rusia, así como la cancelación de los gasoductos previstos, «han obligado a Alemania a realizar un cambio de orientación en profundidad, a buscar nuevas fuentes de aprovisionamiento y a una revisión a fondo de su estructura económica básica». Como consecuencia, «las industrias basadas en una fuerte intensidad energética están experimentado una notable bajada de actividad».

Efecto limitado

La caída del PIB y del consumo privado en Alemania el pasado año tuvo, no obstante, «un efecto limitado en el turismo». «No hubo sensación de crisis», subraya Roselló, que apunta, en ese sentido, a lo ocurrido en Mallorca, el Land 17 germano. Allí, la pasada temporada «fue extraordinaria». ¿Y cómo puede ser que un país cuya economía no está para fiestas mantenga su estatus como principal emisor de turistas a Mallorca, cuando precisamente el consumo en este país caía en picado al menor signo de recesión? Porque en Alemania «se está produciendo el fenómeno de un cambio en la composición del consumo, decantándose este por experiencias y servicios más que por bienes materiales. El turismo, también aquí, ha vencido a la macroeconomía». Como en el Reino Unido.

El economista pitiuso señala, eso sí, que «las previsiones económicas para Alemania y para la zona euro, aunque no son boyantes, tampoco son negativas. Durante este año de 2024 se estará bordeando la recesión, pero sin caer en una crisis.

Previsiones positivas

De hecho, las previsiones son de signo positivo. Para Estados Unidos se prevé un crecimiento algo superior al 2%, y para la zona euro de algo menos del 1%. No muy boyante, pero tampoco un drama».

Un elemento esencial para atisbar los efectos de la economía sobre el turismo es el del mercado de trabajo, advierte Roselló: si no hay empleo, no se consuem tanto y, por tanto, se viaja menos o nada. Pero en Alemania la tasa de paro sigue siendo baja: «Ha pasado del 3,6% en 2022 al 3% de 2023. Para 2024 se espera una tasa de paro del mismo 3%. Y para 2025, del 2,9%. Todo ello, en un contexto de mantenimiento de la tasa de ahorro de los hogares».

Otra vez, algo muy similar a lo que ocurre en Reino Unido, donde el desempleo es anecdótico pese a que la economía tampoco está para tirar cohetes. Y en ese mercado laboral germano, Roselló apunta a otro elemento optimista: «El país está sumido en una situación de carestía de mano de obra, especialmente de la cualificada. Eso redunda en una estabilización de los salarios reales (unida también a la caída de la inflación, que aunque lenta, hasta ahora es un hecho) y en una perspectiva de incorporación de nuevos trabajadores al mercado de trabajo, con una mayor incorporación de mujeres o de trabajadores senior, en paralelo al refuerzo de la formación profesional. Todo ello, desde la óptica del efecto ulterior en el turismo, aporta una perspectiva positiva».

Lenta pero segura

La recuperación de Alemania, cree el vicepresidente de la CAEB, «será lenta, pero, con los datos actuales, segura y basada también en una aportación positiva del consumo privado. La tradicional buena gestión, si no se tuerce, realizada por los gobiernos y empresas de ese país, es una garantía de continuidad. Naturalmente las tensiones geopolíticas representan una amenaza grave, pero hasta la fecha se han podido gestionar aceptablemente».

Considera, en este sentido, que los nubarrones económicos no afectarán al turismo y que los buenos pronósticos hechos por los operadores turísticos en Fitur, la feria turística internacional celebrada en Madrid en enero, «siguen vigentes», de manera que espera que del mercado alemán también lleguen numerosos visitantes esta temporada a Ibiza: «Es de suponer que esas buenas sensaciones serán ratificadas en la ITB, aunque la macroeconomía tienda a dar algún susto».

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