La odisea de aparcar en Sant Jordi un fin de semana de puente

La localidad se ha convertido en el ‘parking’ oficioso y gratuito del aeropuerto de Ibiza, lo que complica la rotación de vehículos en sus plazas

El estacionamiento de tierra, completamente lleno este fin de semana. |

El estacionamiento de tierra, completamente lleno este fin de semana. | / Toni Escobar

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Algo pasa en Sant Jordi con el aparcamiento los fines de semana. Es algo que los vecinos y comerciantes de la localidad vienen notando desde hace un tiempo, pero que ha alcanzado sus cotas máximas este puente. La localidad se ha convertido en el parking «oficioso y, sobre todo, gratuito» del aeropuerto de la isla, según explican los vecinos, que señalan que la consecuencia de esto es que los fines de semana «especialmente los largos, como éste» los vehículos de quienes se marchan de escapada saturan las plazas de aparcamiento.

Es habitual para muchos residentes en la isla dejar el coche en Sant Jordi, donde el estacionamiento no es de pago ni está regulado, y coger desde ahí el autobús al aeropuerto. Al regresar a la isla, toman de nuevo el transporte público hasta la localidad y cogen su vehículo. Este comportamiento, explican los vecinos, se ha ido extendiendo a través del boca a boca y se ha acabado convirtiendo en «una auténtica pesadilla» encontrar aparcamiento.

Anulación de reservas

Los sábados, relatan, la situación era complicada, pero únicamente por la mañana, por la coincidencia con el mercadillo. Además, los coches rotaban constantemente, «ya que la gente va, da una vuelta, a veces se toma algo y se marcha». El problema de estos vehículos de personas que se marchan de la isla por unos días es que no se mueven. «Vengo todas las mañanas a comprar el pan y en el parking de tierra [tras el colegio Sant Jordi] están los mismos coches desde el viernes», afirma una vecina de ses Salines que ha dejado su vehículo en doble fila dentro del solar.

Los principales perjudicados este fin de semana han sido los restaurantes. En algunos han visto como los comensales, cansados de dar vueltas sin encontrar una plaza libre, llegaban, incluso, a anularles reservas. Temen que, si la situación se repite, algunos clientes habituales acaben por no desplazarse hasta Sant Jordi para comer o cenar.

La solución, consideran algunos empresarios de la localidad, sería regular el estacionamiento, ya sea de pago o estableciendo un tiempo máximo y que, en el caso de sobrepasarse, se multe al conductor. «Esto se hacía al principio. Tenías que poner un reloj en el salpicadero con la hora a la que habías aparcado, pero como no hay policía, no servía de nada», afirma una vecina de la zona más comercial de la localidad, de la que, recientemente, han desaparecido un buen puñado de plazas de aparcamiento. Unos bloques de hormigón cierran el acceso a la explanada.

Zona azul a partir de este verano

De hecho, el estudio previo de movilidad de Sant Jordi, encargado por el gobierno municipal del PP, propone la implantación de «la zona azul» para «disminuir la densidad de vehículos estacionados y aumentar la oferta de plazas para los vecinos y visitantes». Este documento recalca, como hacen los vecinos, que la localidad se ha convertido en «un aparcamiento disuasorio de larga estancia del aeropuerto».

El Ayuntamiento ya ha anunciado que este verano implantará la zona azul en la zona, aunque como prueba piloto. De momento, los conductores no tendrán que pagar por estacionar, pero sí se establecerá una rotación obligatoria cada dos horas, como máximo. Además, esta zona azul funcionará de lunes a sábado para evitar, precisamente, que se pueda seguir usando como estacionamiento gratis para escapadas de fin de semana.

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