Entrevista | Gaspar Tuero León Jefe de la UCI del Hospital Can Misses

Jefe de la UCI del Hospital de Ibiza: «No se llega a la UCI por estar en las últimas sino porque hay esperanza»

«Con la hemodinámica estamos asumiendo pacientes que antes se derivaban a Palma»

Gaspar Tuero León,en un box de la UCI de Can Misses.

Gaspar Tuero León,en un box de la UCI de Can Misses. / Vicent Marí

Nacido en Gijón hace 44 años, licenciado en Medicina en la Universidad de Oviedo y residente en el Virgen de las Nieves de Granada, desde donde se incorporó como intensivista, en febrero de 2011, a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Can Misses, de la que hace un año y medio, tras la jubilación de Paz Merino, asumió la jefatura. «En funciones desde julio de 2022 y oficialmente desde mediados de 2023», indica el intensivista Gaspar Tuero León. Un año y medio de transición en el que el especialista se ha sentido "arropado y acogido" por el personal de la unidad de intensivos, especialidad que le «fascinó», por un par de profesores intensivistas, desde el primer contacto en la universidad.

Lleva un año y medio al frente de la UCI, ¿cómo ha sido este tiempo?

Aún estoy aterrizando. La sombra de Paz [Merino] es grande, deja un servicio que funciona muy bien y seguir manteniendo el nivel es un reto. Creo que, hasta ahora, me he ido defendiendo, pero en ello estamos.

Cuando uno hereda un servicio que no funciona bien es difícil hacerlo mal, pero cuando ya funciona como un reloj, ¿es más presión?

Un poco, sí [ríe]. Tienes la sensación de que si empieza a haber problemas... Pero me he sentido muy apoyado. No ha sido un cambio traumático.

¿No se ha arrepentido?

[Piensa] Depende del día que me lo preguntes, pero, en general, no.

¿Se lo pensó mucho?

Sí. Fueron uno o dos meses de darle vueltas a la cabeza, desde que empiezan a aparecer rumores hasta que te hacen la propuesta oficial y después. Le di vueltas bastante tiempo.

¿Por qué?

Era mucha responsabilidad. Además, estaba muy cómodo en mi posición de clínico. Y tienes la sensación de que te llega un poco pronto.

¡¿Con 44 años?!

Sí, suelen ser puestos que asume gente de un poco más de edad.

¿Ha tenido que dejar de lado la parte clínica?

Sí y no. Ha ido por fases. Al principio no quería dejarla, pero compatibilizar las dos facetas al cien por cien no es posible. Me había planteado dedicar más tiempo a la actividad administrativa, pero hemos estado un poco justos de personal y no he podido liberarme todo lo que hubiera querido.

Un poco justos de personal, ¿a qué se refiere?

Bueno, en relación a otros servicios que realmente tienen problemas de personal, nosotros tenemos la plantilla completa, lo que pasa es que ésta va ganando años. Hay médicos que ya no hacen guardias y alguna baja prolongada, así que el número de facultativos para guardias se ha reducido. Somos seis o siete para cubrirlas todas, por lo que la carga de guardias es mayor, además de lo que supone cada guardia. El hospital, en diez años, se ha hecho más complejo y los pacientes son más complicados que los de hace diez años.

¿Por qué?

Porque la ciencia avanza. Un cambio muy importante que hemos visto, es la hemodinámica. Empezó en 2020, no vimos el impacto en ese momento porque estaban las cosas un poco al ralentí por la pandemia, pero con la hemodinámica estamos asumiendo pacientes que antes se derivaban a Palma. Y son más complicados que los que estamos acostumbrados a ver. Ha sido algo progresivo. Ahora, por ejemplo, tenemos también shock cardiogénico, que es cuando el infarto es tan grande que el corazón se queda sin fuerza. Éstos pacientes antes era raro que nos los quedásemos, ahora es mucho más frecuente. Y otra cosa que ha aumentado mucho nuestra actividad son los marcapasos. Poco a poco los hemos ido asumiendo y el año pasado hicimos 88 procedimientos: 59 implantes nuevos y 29 recambios.

Gaspar Tuero León, durante la entrevista en la UCI del Hospital Can Misses.

Gaspar Tuero León, durante la entrevista en la UCI del Hospital Can Misses. / Vicent Marí

undefined

Entonces, ¿el perfil del paciente de la UCI ha cambiado?

No, creo que más o menos sigue siendo el mismo. La mitad de nuestros pacientes son cardiológicos, la gran mayoría de ellos con infartos, problemas de bradicardias, marcapasos y paradas cardíacas. Y luego respiratorios, infecciosos, postquirúrgicos. El perfil del paciente está en los porcentajes en los que se ha movido siempre.

Esto se aleja de la imagen que mucha gente tiene de la UCI de que aquí se atienden pacientes críticos de golpe, por accidentes.

Como este es un hospital comarcal somos una UCI polivalente. Aunque una gran parte son cardiológicos, los traumas en esta isla suponen un número importante de casos. Coordinamos el código trauma. Cuando llega un paciente traumático, potencialmente grave, acudimos con compañeros de Urgencias, Anestesia, Cirugía y demás. Y luego hay pacientes que vienen a la UCI para el manejo que corresponda, pero la mayoría son pacientes cardiológicos, respiratorios e infecciosos.

¿Notan mucha diferencia entre verano e invierno?

Sí.

¿Son dos UCI diferentes?

En los últimos años no tan diferentes. En invierno, lo que predomina es la patología respiratoria, pacientes con neumonías, que se descompensan… Y en verano hay más pacientes traumatológicos, intoxicados… Esto ha ido cambiando y los últimos veranos y los últimos inviernos están siendo un poco atípicos. Vamos teniendo más trauma en invierno y más paciente descompensado en verano.

Tras heredar la UCI de Paz Merino, ¿cómo quiere que sea la UCI de Gaspar Tuero?

El reto más gordo que tenemos es la formación. Ya en 2019 empezamos a tener residentes, es una UCI capaz de ofrecer docencia, de formar intensivistas, y que esto se consolide es el reto más importante que tenemos. Por prestigio y para mejorar. Tener residentes te obliga a hacer sesiones, a estar actualizados, y, dentro de las dificultades que supone para Ibiza atraer y retener profesionales, formar residentes es una vía para facilitar que vengan. Y que se vaya renovando la plantilla. Otro reto que tenemos es dimensionar la plantilla para solucionar todo lo que nos ha pasado con las guardias, que sean asumibles y podamos mantener un nivel asistencial bueno. También está la enfermería. Desde el inicio de la pandemia hasta ahora hemos renovado alrededor del 60% de la plantilla y esto supone que hay que hacer formación y actualizar protocolos. Antes teníamos un equipo muy consolidado y ahora hay que hacer otro equipo muy consolidado y muy compenetrado.

¿Por qué esta renovación?

Han pasado varias cosas. Han salido oposiciones y bastante gente se ha ido. La mayor parte de la enfermería es de fuera y algunos, con la pandemia, han optado por acercarse a sus familias. También tenemos jubilaciones y bajas. No ha sido un único motivo, ha sido un compendio de varios. Es muy probable que hubiera sido un proceso más gradual, pero con la pandemia la gente aguantó y, cuando se acabó, vino todo de golpe.

¿La forma de trabajar es igual a antes del covid?

Creo que no ha habido grandes cambios. Hemos incorporado procedimientos y tecnología nueva que ahora son habituales y que antes costaba un poco más. Pero la forma de funcionar es casi la misma.

La idea de abrir la UCI cada vez más se quedó parada con la pandemia, ¿se va a recuperar?

Hemos retomado, hasta cierto punto. Intentamos que los pacientes puedan estar acompañados por sus familiares, aunque haya unas horas de visita somos flexibles… Una cosa que empezamos a hacer en pandemia y que hemos visto que da buenos resultados es sacar a los pacientes a pasear. Se hace en función de la ocupación de la UCI. Ha habido otros proyectos importantes, como el Dogspital, que ya no lideramos. Y también estaba el de la consulta postUCI para ver a los pacientes a los que hemos dado el alta, algo que se ha quedado un poco parado y que en un futuro retomaremos.

En un servicio en el que la situación de los pacientes es tan crítica que hay que estar muy pendiente de la situación médica, ¿cuánta importancia tiene la parte humana?

Es fundamental. Estás hablando con personas, con los pacientes y con sus familiares, que están pasando por uno de los peores momentos de sus vidas. Tienen muchas dudas, muchos miedos y mucha angustia. Y tienes que abordar todo eso. Aún hay cosas por hacer, pero la actitud de todos los profesionales de la unidad es excelente en ese sentido. Se preocupan no sólo por el aspecto técnico y de la enfermedad, sino por los familiares, el acompañamiento y los problemas éticos que hay entorno a la UCI.

¿Problemas éticos?

Sí, todo esto tiene una dimensión ética. Muchas veces tenemos pacientes a los que no sabemos hasta qué punto el tratamiento les está ayudando o está prolongando situaciones que no tienen salida. Eso supone dilemas éticos. ¿Qué hacemos? Y tiene una dimensión humana. Tomar ese tipo de decisiones implica incorporar al paciente y a la familia, y para los profesionales tampoco es fácil. Supone un esfuerzo, una carga. La humanización va también en ese sentido, no es sólo para los pacientes y las familias, es también para los profesionales.

El jefe de La UCI de Can Misses, Gaspar Tuero León.

El jefe de La UCI de Can Misses, Gaspar Tuero León. / Vicent Marí

undefined

Vaya, que hay días que se va a casa dándole muchas vueltas a la cabeza.

Sí.

¿Cómo lo gestiona?

Supongo que vas aprendiendo a separar, a intentar dejar los problemas del trabajo en el trabajo, pero a veces no es fácil. Todas las decisiones, sobre todo esas que son tan complejas, se toman de forma colegiada. Lo vas gestionando caso a caso.

¿Los familiares entienden lo que es la UCI?

Es difícil saberlo. Yo estoy muy acostumbrado, pero creo que, afortunadamente, esa idea que había antes de que la UCI es un sitio al que la gente va a morir se ha ido desterrando. Entienden que están aquí porque están graves y porque es donde se les va a poder ofrecer el tratamiento y los cuidados que necesitan. No tengo la percepción de que la gente llegue con la idea fatalista de que ha bajado a la UCI porque está en las últimas, no. Vienen aquí porque hay esperanza y se pueden hacer cosas. La familia entra al menos dos veces al día, están informados y todo el personal es muy accesible. Es una cosa que llama mucho la atención de los pacientes extranjeros. Se sorprenden de la cercanía. En Reino Unido el médico igual te informa una vez a la semana.

Hablaba de la formación. Residentes, referente nacional en formación en ecocardiograma y está pendiente el aula de simulación.

El aula de simulación es un proyecto que va avanzando, pero es más lento de lo que nos gustaría. Hay un plan para adaptar la UCI del hospital viejo para uso formativo, tanto para residentes como para el personal. Si pudiéramos disponer de ese espacio y hacer formación con simulación mejoraría muchísimo la capacidad de hacer cosas. No es lo mismo que te expliquen algo que verte en la situación y que luego puedas hablar de lo que ha pasado: qué fue bien, qué se podría mejorar… Sería importante disponer de ese espacio. Y un proyecto al que le estamos dando vueltas es a formar al personal en el manejo de la vía aérea.

¿Vía aérea?

Sí, a veces es especialmente difícil intubar a alguien, intubaciones complicadas que no puedes predecir. Con la pandemia hemos incorporado un montón de aparatos y dispositivos que podemos usar para resolver esos problemas, pero lo ideal sería que esto funcionase como cuando llegan los coches de fórmula1 a boxes: todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. Esto no es sólo disponer de material y que la gente haya hecho un curso, hay que entrenar al personal. El aula de simulación sería una herramienta muy importante para esto.

Vienen profesionales de toda España a formarse en ecocardiograma.

Sí, nos beneficia para que Can Misses sea un destino atractivo. Para que esos residentes se queden. Hemos incorporado a varios a la plantilla. Creo que la gente sale contenta de su estancia aquí.

¿El día a día, después de la pandemia, les parece más llevadero?

Es que después de la pandemia llegó la postpandemia. Tuvimos que ponernos al día con todos los pacientes que habían quedado en listas de espera de procedimientos quirúrgicos y, además, hubo una época en la que muchos pacientes crónicos se descompensaron. Después de la pandemia vivimos una época un poco extraña. La normalidad aún no la hemos recuperado. Y a ver cómo se presentan las próximas semanas

De momento tienen más de la mitad de las camas vacías.

Sí, pero esto se llena en un momento.

¿Alguna vez han pasado de estar medio vacíos a llenos?

Sí, el funcionamiento suele ser ése. No voy a decir que cuántico, pero es así: tienes la UCI vacía y, de repente, ¡pum! pasas de cuatro o cinco camas ocupadas a doce o catorce. En dos guardias malas que se junten.

¿Cómo se gestiona ese cambio?

La UCI está dimensionada para eso, para atender a 14 o 15 pacientes.

¿Y qué hacen cuando la UCI está tranquila?

Hay bastante trabajo. Administrativo, por ejemplo, entre otros, y cuando hay poca actividad liberamos a la gente para que pueda hacerlo. Hay que coordinar la colocación de marcapasos, el tutor de residentes se dedica a eso, hay que cerrar informes… Los momentos en que estamos más liberados es cuando solemos resolver todo eso. Y en las épocas de alta actividad usamos mecanismos compensadores. Intentamos que el médico de guardia sólo esté para la guardia, pero si hay más pacientes hay que asumirlos. Yo intento estar liberado para actividades administrativas, pero si la ocupación es alta también atiendo pacientes. Vamos jugando.

Uno de los encargos de Paz Merino es que cuidaran de las acreditaciones de calidad. ¿Van detrás de alguna?

De momento, las conservamos. Este año nos han renovado dos y es posible que en un futuro nos planteemos seguir por este camino. Hay una acreditación de UCI de la Semicyuc [Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias] que aún no ha salido y podría ser un objetivo para nuestro proceso de mejora. Paz dijo que le haría muchísima ilusión venir a acreditarnos. Le dije que puede venir aunque sea sólo a saludar.

El jefe de Medicina Intensiva de Can Misses, en un box

El jefe de Medicina Intensiva de Can Misses, en un box / Vicent Marí

undefined

¿La echan de menos?

Sí. Se la echa de menos.

¿Qué pediría para la UCI?

Tener un intensivista o dos más estaría bien. No tiene sentido pedir más, pero uno o dos, sí.

¿Tiene previsto ampliar la cartera de servicios?

Tenemos la cartera de servicios que puede tener un hospital de este tamaño. Y hacemos mucha actividad fuera de la UCI: sedaciones de digestivo, marcapasos, coordinación del código trauma, fibrinolisis del código ictus… Son temas que hay que actualizar y poner al día. Aumentar la cartera de servicios sería interesante si se incorporase neurocirugía en este hospital. Eso supondría para nosotros una ampliación importante porque serían pacientes que ya no tendríamos que derivar. Pero esto está un poco en el aire. Estaba en el plan estratégico, pero no he oído hablar mucho más del tema.

Si pudiera, ¿volvería a ser sólo médico?

Lo echo de menos. Añoro hacer mi trabajo, irme a mi casa y que el servicio lo gestione otro, pero parte del reto está ahí. Si siguiera Paz aquí… Pero sin ella, he asumido esto y... Para adelante. Siento nostalgia, pero mi camino ahora va por aquí. De todas formas, ha pasado poco tiempo para poder estar cómodo tras tomar una decisión así.

Suscríbete para seguir leyendo