La lotería deja 12.000 euros con dos quintos en Puig d'en Valls

La alegría de la responsable del punto de venta de Puig d'en Valls, Fanny Yern, del sorteo extraordinario se mezcla con el duelo de haber perdido a su madre el día anterior

Fanny Yern con los dos quintos premios vendidos.

Fanny Yern con los dos quintos premios vendidos. / Bea Roselló

La propietaria del punto de venta de lotería de Puig d’en Valls, un despacho mixto, Fanny Yern, ha vivido este viernes un cóctel de emociones en el que se mezclan la ilusión, el entusiasmo y la alegría con la pena y la melancolía de perder a su madre el día anterior. A pesar de todo, Yern no se ha ausentado ni un minuto de su punto de venta, ubicado en el número 13 de la calle Vicente Marí Mayans, y mucho menos ha dejado de atender con ánimo a todos aquellos que requerían de su atención, ya fuera presencial o por teléfono. Un teléfono, por cierto, que no ha parado de sonar en toda la mañana.

Poco antes de las once, salía el primer quinto premio vendido en la localidad vallenca, el 86007. Yern, que al principio no sabía qué había vendido, ha descubierto más tarde que había sido un décimo premiado con 6.000 euros. La propietaria del punto de venta aseguraba que no iba a ser el único premio: «Habrá más y tendréis que volver», ha dicho a los medios de comunicación allí reunidos. Y no se equivocaba.

Vendiendo ilusión a pesar de todo | FOTOS DE D.I.

Vendiendo ilusión a pesar de todo | FOTOS DE D.I. / Bea Roselló

Pasadas las 11.30 horas salía el séptimo quinto premio del bombo del Teatro Real de Madrid: el 57421 y Yern había vendido un nuevo décimo. Otros 6.000 euros. En total, la propietaria del punto de venta de Puig d’en Valls ha repartido 12.000 euros en el sorteo extraordinario, que se suman a otros premios otorgados a lo largo de los siete años que lleva frente al puesto de venta en Puig d’en Valls. Aún así, hace solo dos meses cambió de ubicación. Hasta ese momento, la venta se combinaba con la actividad de bar, ahora se hace de forma exclusiva en un local adyacente. «En el bar no se daban ni cuenta de que se vendía lotería y ahora sí», señalaba Yern, mientras atendía llamadas de unos y otros. De hecho, aseguraba que las ventas este año se «han disparado», incrementándose la venta en un «300%», indicó.

Otros premios

Fanny Yern recordaba que el pasado año también vendió un quinto premio, hace dos años repartió 1,7 millones de euros con la Bonoloto y la pasada semana, otros 10.000 euros con el Joker, de la Primitiva.

Mientras en la televisión los niños de San Ildefonso continuaban cantando premios, Yern revisaba los números vendidos. El décimo del 57421 lo vendió después de expedirlo por la máquina y tras «copiárselo» de un hombre llegado de Sevilla. «Vino con el número, que había comprado en Sevilla, me lo enseñó y recuerdo que lo busqué y lo saqué», apuntó. Del comprador, ni rastro. «En un día como hoy es el mejor trabajo del mundo porque se vende mucha ilusión y la gente es muy feliz por poco que le toque», reflexionaba.

Vendiendo ilusión a pesar de todo

Vendiendo ilusión a pesar de todo / Bea Roselló

A las 12.30 horas, el coordinador las loterías en las Pitiusas, José Vicente García, descendía de un vehículo para entregar a Yern los carteles con los números vendidos. García tenía como misión acudir a cada uno de los puntos de venta donde habían expedido algún premio. Yern insistía: «Tendrás que volver porque aún no ha salido el Gordo».

Al ver el trasiego de cámaras, los vecinos de enfrente, los responsables de la pizzería de Puig d’en Valls, salieron a felicitar a Yern y ella, empecinada: «Habrá más premios, esto es un suma y sigue».

Finalmente, el punto de venta no ha repartido más premios, a pesar de que Yern no ha perdido la esperanza ni un segundo. «Me encantaría que mi madre lo hubiera visto porque ella me decía que daría muchos premios. Se los dedico a ella», sentencia.

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